Lo hizo en un acto de campaña en Móstoles en el que, al final de su intervención, llevó más lejos que nunca su interpretación habitual de que la derecha sólo respeta la democracia si le sirve para gobernar, pero que, si no, está dispuesta a subvertirla, y puso como ejemplo la entrada de decenas de seguidores de Trump el día de la investidura de su vencedor en las elecciones presidenciales de noviembre.

Según auguró Iglesias, si gana la izquierda, “cuando aparezcan denunciando fraude electoral y contando no sé qué de Correos”, al PP y Vox no “les van a faltar apoyos mediáticos” apoyando esa tesis. Una idea que ve sustentada por las últimas frases de dirigentes del PP como el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, quien ayer bromeó: “Seremos fascistas, pero sabemos gobernar”; y la presidenta de Nuevas Generaciones, Beatriz Fanjul, que cometió el error de pedir el voto a la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, tirando del refrán “Mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer”.

Para el líder de Podemos, con estas frases de dirigentes populares “lo que se está diciendo es que la política no va con ellos, que están ahí para tener el poder”, y la de Almeida, en particular, supone que “asumen incluso provocadora, burlonamente, de forma arrogante, la etiqueta de fascistas”. En el mismo sentido interpretó otros gestos de Vox, como el de su presidente, Santiago Abascal, de hacerse una foto en el estadio del Rayo Vallecano cuando salió al campo un jugador con vínculos nazis, su frase de que el Gobierno de coalición es el peor de los últimos 80 años, o el cartel contra los ‘menas’ inspirado, según él, en otro de la Alemania nazi.

Todo esto, para Iglesias, revela “que ellos ya están en una fase diferente, que ya no se creen la democracia, que la democracia para ellos se terminó, porque esto va de poder”, y, si gobierna la izquierda, “es preferible la dictadura” y “es legítimo cualquier medio legal o ilegal para hacer caer al Gobierno”. En este enfoque enmarcó también que el CGPJ se mantenga caducado “en rebeldía frente a la separación de poderes”, que haya “sindicatos policiales infiltrados por la ultraderecha” y que en los momentos más duros del confinamiento los barrios en los que había “incumplimiento permanente de las leyes” eran los ricos.

Por todo ello, llamó a que el martes, en las urnas, “tiene que haber una lección de la clase trabajadora frente a los golpistas” y “no puede haber ni una sola persona decente en los barrios y pueblos de la gente trabajadora que se quede en casa y no vaya a votar, porque costó mucho el derecho al voto y hay dos fuerzas políticas que quieren robar la democracia”.

DOS DE MAYO

Iglesias, quien se bajó del estrado nada más empezar para abrazarse con su madre tras darle las “gracias por aguantar todo lo que tienes que aguantar sólo por ser mi madre“, dedicó sus primeras palabras al aniversario del levantamiento del 2 de mayo contra el ejército napoleónico, en el que tuvo un papel importante Móstoles por el bando en el que sus alcaldes llamaron a la insurrección tras la derrota de Madrid. De hecho, Unidas Podemos colocó tras los oradores una reproducción del cuadro ‘Los fusilamientos del 3 de mayo’, de Francisco de Goya.

El candidato de Unidas Podemos dijo que el 2 de mayo es “un día para estar orgullosos”, y lo contrapuso al acto institucional en la Puerta de Sol, “un mitin de campaña” del PP al que su formación política no asistió y prefirió, según Iglesias, “rendir homenaje a la institucionalidad popular” acudiendo a Móstoles, símbolo para él de que “siempre el pueblo salva al pueblo”, como en aquella insurrección de 1808 mientras la Familia Real “seguía negociando sus privilegios” con Napoleón en Bayona y “los jerarcas militares y unas élites miserables” no apoyaban el levantamiento, con la excepción de dos simples capitanes como Daoiz y Velarde.

A partir de aquí, Iglesias repitió algunos de los temas habituales de sus mítines de esta campaña, como la factura por el piso del empresario Enrique Sarasola que habitó la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y que ésta no ha enseñado pese a asegurar en el debate de Telemadrid que la tiene. El líder de Podemos situó a Sarasola entre los empresarios “sátrapas” que “ponen pisos gratis” a las autoridades “para que después le unten con concesiones administrativas”.

Citando a otro Pablo Iglesias, el fundador del PSOE, en que “merecer el odio de los que envenenan al pueblo será la mayor de nuestras honras”, el líder de Podemos dijo que esa medalla él ya la tiene pero que no se conforma, sino que quiere “seguir ganándoles”, porque, a su modo de ver, y como repite desde el viernes, “llevamos siete años ganándoles”, con las mociones de censura e impidiendo que los socialistas pueden volver a pactar con Ciudadanos. “No nos odian sólo por lo que decimos. Nos odian por lo que conseguimos”, interpretó. “Ése es un logro de Unidas Podemos y no nos lo van a perdonar”.

Reiterando que no se conforma con ello, prometió que ahora va a conseguir un Gobierno de izquierdas en Madrid y que actúe como tal. En este punto, insistió en que impondrá una reforma fiscal y preguntó quién ha podido sugerir al candidato del PSOE, Ángel Gabilondo, “que no es el momento de subir impuestos”.

Descartó que hayan sido las bases e incluso la dirección federal socialista, y concluyó que “son llamadas de gente muy importante”, que le habría advertido a Gabilondo: “Como te pases de listo vas a saber lo que vale un peine”. Así, apuntando que esos poderes ocultos “cuando no pueden ganar con democracia, se la empiezan a saltar”, embocó con su alerta final a la posibilidad de un intento de golpe de Estado.