Seguridad vial

Denuncian que algunos municipios ponen láminas en señales con el nuevo límite de 30 km/h

- Según los fabricantes de señales metálicas de tráfico

MADRID
SERVIMEDIA

La Asociación de Fabricantes de Señales Metálicas de Tráfico (Afasemetra) denunció este martes las "malas prácticas" que realizan algunos municipios para actualizar la señalización vertical de sus calles debido a que el límite de velocidad en la mayoría de ellas bajará del 50 al 30 km/h a partir del próximo 11 de mayo.

El presidente de Afasemetra, Francisco Cano, apuntó en un comunicado que algunos municipios optan por "colocar encima láminas retrorreflectantes con la nueva velocidad sobre las señales existentes, lo que no es recomendable en absoluto y puede no cumplir con las medidas mínimas de seguridad vial que se deben exigir".

Para Cano, se trata de una práctica que "vuelve a repetirse tras el cambio en el límite genérico de velocidad en autopistas y autovías en el año 2011". Entre el 7 de marzo y el 30 de junio de ese año, la velocidad máxima en autopistas y autovías se redujo de 120 a 110 km/h. El Gobierno de entonces achacó tal medida a un plan de ahorro energético.

El Gobierno actual ha modificado el Reglamento General de Circulación y fija tres límites genéricos de velocidad en las vías urbanas (actualmente hay uno y es de 50 km/h), según pudo comprobar Servimedia: 20 km/h para las calles de plataforma única de calzada y acera, 30 km/h para las de un único carril por sentido de circulación y 50 km/h para las de dos o más carriles por sentido (en este último caso, 40 km/h para los vehículos con mercancías peligrosas).

Ello supondrá que la mayoría de las calles rebajen el tope de 50 a 30 km/h (por ejemplo, el 80% de las calles de Madrid son de sentido único o de un carril por sentido). Los carriles bus o reservados para taxis u otros usuarios no cuentan en estas limitaciones genéricas. No obstante, se permite que los ayuntamientos puedan rebajar esos límites y subir excepcionalmente el de 30 a 50 km/h.

El límite genérico de velocidad en travesías será de 50 km/h para todo tipo de vehículos, aunque podrá ser rebajado por el ayuntamiento o el titular de la vía, y el de autopistas y autovías que transcurren dentro de poblado se quedará en 80 km/h, aunque podrán ser ampliados por las autoridades municipales o los dueños de las vías.

REQUISITOS

Según Afasemetra, los requisitos "imprescindibles" de la señalización vertical son los de visibilidad, legibilidad, comprensibilidad y credibilidad. Para ello, recomienda primeramente realizar una revisión del estado de las señales. "Si a una señal con más de 10 años le ponemos un parche de lámina retrorreflectante nueva se va a notar la diferencia con toda seguridad y, sobre todo, en condiciones nocturnas, donde el conductor sólo verá el parche y no la señal completa", indicó Cano, que recordó que 10 años es la garantía que da el fabricante.

Para Cano, lo correcto es "utilizar el tamaño de señal adecuado para cada tipo de vía, así como material retrorreflectante al tratarse de una señal de reglamentación".

Afasemetra subrayó que las nuevas señales deben cumplir los principales estándares de calidad y contar como mínimo con el Marcado CE obligatorio para la señalización permanente, al igual que sucede en las vías interurbanas. “La señalización contribuye a crear ciudades más amigables, a eliminar momentos de incertidumbre, y supone una inversión muy baja en relación con el beneficio en materia de seguridad vial que se puede obtener”, añadió.

En cuanto a la forma de fabricación de las señales, la aplicación de las láminas retrorreflectantes debe realizarse en un lugar cerrado y con unas condiciones de temperatura y humedad controladas y se deben aplicar sobre superficies metálicas perfectamente limpias y secas, y en posición horizontal para garantizar una presión constante y uniforme, según Afasemetra.

"Poner láminas sobre las señales instaladas implica no cumplir con estos requisitos técnicos mínimos, pudiendo originarse embolsamientos, falta de adherencia al estar sucio el sustrato, transparencia ya que en algunos casos las láminas dejan ver el fondo con la velocidad anterior, o incluso no cubren la zona íntegramente, por lo que producen una alta confusión. En definitiva, es un parche”, comentó Cano, quien recalcó: "El ahorro que se produce utilizando láminas es mínimo y puede ocurrir que en poco tiempo la adhesión defectuosa haga que sea necesario sustituir la señal, con lo que el coste se incrementaría".

Afasemetra aseguró que no hay un inventario real sobre cuántas señales existen, cuántas están deterioradas y qué cambios necesitan para cumplir con la ley en la mayoría de los municipios, lo que puede “conllevar retrasos en el cambio de señalización, provocando un importante problema de confusión entre los ciudadanos, pero que no se puede resolver con una solución transitoria y de pocas garantías como es poner una lámina que no cumple ningún requisito".

(SERVIMEDIA)
27 Abr 2021
MGR/gja