Así lo aseguró hoy Francisco Celso González, director general económico-financiero de Renfe, en la presentación del plan de ahorro energético de la compañía hasta 2011.

Esa reducción de 2,5 millones de toneladas, explicó, vendrá motivada por la sustitución de otros modos de transporte menos eficientes, como el avión o el automóvil. Así, a modo de ejemplo, aseguró que la apertura de la nueva conexión de alta velocidad entre Madrid y Valencia permitirá un ahorro al año de 80.000 toneladas de CO2 adicionales.

A estas reducciones se suman, prosiguió Celso González, la apuesta que seguirá llevando a cabo Renfe por la modernización de su flota y la ampliación de sus servicios, lo que permitirá seguir aumentando la eficiencia, el ahorro de energía y la reducción de emisiones.

Todo ello permitirá alcanzar en 2020 una reducción de las emisiones de CO2 por unidad transportada del 57% respecto a 1990, año base de medición del Protocolo de Kioto, con el compromiso de rebajar los 20 gramos por unidad transportada para esa fecha.

Estas reducciones de las emisiones han sido posible gracias a distintos factores externos e internos. En primer lugar, gracias al aumento general de las energías renovables y a la sustitución de fuentes fósiles como el carbón por otras menos contaminantes como el gas natural.

Por lo que se refiere a la operadora, en 2008 el 23% de la energía consumida procedió ya de fuentes renovables y la relación del uso de la electricidad frente al diésel se situó en un 74%-26%, respectivamente. La renovación de los trenes, la técnica de conducción económica y los altos índices de ocupación son otros de los factores que han contribuido de manera positiva.

Así, el nuevo Plan de Eficiencia Energética para 2011 prevé una disminución de los costes energéticos de la compañía en 53 millones de euros y una reducción de las emisiones de 115.000 toneladas.

"TREN A COPENHAGUE"

Por otra parte, el director general de Renfe reiteró el compromiso de la operadora con la campaña "Tren a Copenhague", una iniciativa auspiciada por la UIC (la organización internacional que agrupa a las empresas ferroviarias) con el objetivo de respaldar al tren como parte de la solución al problema del calentamiento global que se analizará en la próxima cumbre de la ONU.

En dicha cumbre, subrayó Juan Luis Martín Cuesta, director de Calidad y Desarrollo Sostenible, se sentarán las bases para fijar "una nuevas reglas del juego", que, en su opinión, tenderán a "castigar" a los medios más contaminantes e "incentivar" a los más eficientes.

Se trata, concluyó, no sólo de favorecer el trasvase modal del avión y el automóvil hacia el tren, sino, sobre todo, de "obligar a las industrias automovilísticas y aéreas a ser cada vez más eficientes".