Economía

El FMI sube su previsión de crecimiento para España del 5,9 al 6,4% este año y la sitúa en cabeza de las economías avanzadas

- Ratifica el 4,7% de expansión estimado para el año 2022 y augura que el paro escalará al 16,8%

MADRID
SERVIMEDIA

El Fondo Monetario Internacional (FMI) cree que el PIB español crecerá este año un 6,4%, por encima del 5,9% que auguraba en enero pasado, situándose así a la cabeza de la recuperación entre las economías avanzadas y en el pelotón de los mejores también en relación a los grandes mercados emergentes.

Sus previsiones forman parte del ‘World Economic Outlook’ publicado este martes por el organismo, donde mejora las proyecciones a escala mundial ante un desarrollo de las vacunaciones que permita retirar antes las restricciones a la actividad, y el empuje extra de planes de estímulos como los aprobados en Estados Unidos. El gran ‘pero’ en su informe es que la recuperación está siendo desigual por mercados, colectivos y sectores, con el riesgo de abrir brechas mayores de no actuar de forma coordinada para erradicar la crisis sanitaria de la Covid-19.

De acuerdo a sus estimaciones, la economía mundial se redujo un 3,3% el pasado año, frente al desplome del 3,5% que estimaba en la edición del estudio publicada apenas tres meses atrás, a finales de enero. Frente a ese diagnóstico ahora sube del 5,5% al 6% su proyección de expansión mundial este año, y del 4,2 al 4,4% para el próximo ejercicio.

España liderará este año la recuperación, con un aumento del 6,4% que solo empata Estados Unidos entre las economías desarrolladas y sin que ningún otro país lo supere dentro de ese club. Hay que irse a los mercados emergentes para encontrar algunas proyecciones mejores, como ocurre con China, que espera que crezca un 8,4%, o la India, con un avance del 12,5%.

Para el 2022 mantiene su proyección del 4,7% de expansión en el PIB español, solo superado entre los países desarrollados por Reino Unido y Canadá, para los que augura crecimientos del 5,1 y 4,7%, respectivamente. Conforme a sus cálculos, un gran motor del empuje será la demanda interna, con avances del 6 y 3,3% en el bienio en España, y la contribución del gasto público con aumentos del 3,9 y 0,4%.

Sin embargo, la economía también estará en lo alto del ranking en términos de desempleo, ya que el organismo internacional espera que la tasa del 15,5% con que cerró el pasado año suba al 16,8% durante el actual ejercicio para bajar un año después al 15,8%. Se trata de los umbrales más altos esperados por el FMI, que coloca a continuación a Grecia o Serbia con tasas de desempleo del 16,6 y 13%, respectivamente, este año.

Para la zona euro augura un crecimiento del 4,4 y 3,8% en el bienio, superior en 0,2 puntos en ambos casos frente a su estimación de enero. Entre las cuatro economías del euro que analiza, la española ofrece el pronóstico más alentador, seguido por la recuperación de Francia (con crecimientos del 5,8 y 4,2% para 2021 y 2022), Italia (con un 4,2 y 3,6%) y Alemania, donde espera avances del 3,6 y 3,4%, respectivamente.

Su confianza la argumenta en que “cientos de millones de personas están siendo vacunadas y se espera que esto impulse la recuperación en muchos países a finales de este año”, y a la adaptación de las economías a las nuevas formas de trabajar a pesar de la movilidad reducida, “lo que lleva a un repunte más fuerte de lo previsto en todas las regiones”, junto al empujón adicional surtido por el apoyo fiscal adicional en las grandes economías.

No obstante, alerta de que “el futuro presenta enormes desafíos” puesto que la pandemia aún “no ha sido derrotada”, las nuevas cepas “se están acelerando en muchos países” y las “recuperaciones también divergen peligrosamente entre los países y dentro de ellos, ya que las economías con un lanzamiento de vacunas más lento, un apoyo político más limitado y más dependientes del turismo obtienen menos resultados”.

No en vano precisa que la mejora de sus proyecciones se debe principalmente a estimaciones más optimistas en las economías avanzadas, que podrán recuperar sus niveles prepandemia antes que en el resto de países, con la excepción de China que ya lo ha hecho.

RIESGO DE GENERAR BRECHAS

El FMI alerta sobre este fenómeno considerando “probable” que “estas trayectorias de recuperación divergentes creen brechas más amplias en los niveles de vida de los países en comparación con las expectativas previas a la pandemia”. Al respecto estima que en el periodo 2020-2024 los países de bajos ingresos sufrirán una pérdida anual promedio en el PIB per cápita del 5,7%, frente al 4,7% en países emergentes y el 2,3% en las economías avanzadas.

“Tales pérdidas están revirtiendo los avances en la reducción de la pobreza”, avisa, indicando en su informe que hasta 95 millones de personas habrán ingresado en las filas de los extremadamente pobres ya en el 2020 en comparación con las proyecciones previas a la pandemia. “Sin esfuerzos adicionales para dar a todas las personas una oportunidad justa, las brechas entre países en los niveles de vida podrían ampliarse significativamente y el progreso de décadas en la reducción de la pobreza global podría revertirse”, alerta.

Las asimetrías también las observa dentro de los países con “recuperaciones desiguales” donde, por ejemplo, los “trabajadores jóvenes y menos cualificados siguen siendo los más afectados”, junto a las mujeres, y avisa de que la digitalización y automatización hará “poco probable que regresen muchos de los trabajos perdidos”, obligando a reasignar empleados entre sectores, “lo que a menudo conlleva graves penalizaciones en los ingresos”.

Sin los ingentes esfuerzos desplegados por los países a través de ayudas y medidas excepcionales, el FMI estima que el colapso del 2020 “podría haber sido tres veces peor” y está convencido de que permitirán que esta crisis deje menos daños que la sufrida en el 2008, pero repara en que “se espera que sean los mercados emergentes y los países de bajos ingresos los que sufran más cicatrices dado su espacio político más limitado”.

Además, apunta que “recuperaciones a varias velocidades podrían plantear riesgos financieros si las tasas de interés en los Estados Unidos aumentan aún más de manera inesperada” y provocar, incluso, que las condiciones financieras empeoren de forma abrupta y deterioren las perspectivas de recuperación si causan reducciones de las valoraciones “infladas” de los activos “de forma desordenada”.

Para encararlo aconseja a los gobiernos que mantengan las políticas de apoyo a sus economías, priorizando la atención médica y que la política monetaria continúe siendo acomodaticia, además de una cooperación internacional para ayudar a los países con menos recursos a encarar la pandemia.

Cuando el virus retroceda aboga por reducir “gradualmente” las medidas como los esquemas de protección de los trabajadores y volcarse en su reasignación a sectores con mayor demanda, “incluso a través de subsidios de contratación específicos” y su readaptación. Ante el riesgo de que se disparen las insolvencias en las empresas cuando se retiren medidas excepcionales como las moratorias, recomienda convertir los apoyos en liquidez en inyecciones en capital y desarrollar marcos de reestructuración extrajudicial “para acelerar eventuales quiebras”.

En una tercera fase, cuando la crisis sanitaria quede atrás, aconseja centrar los esfuerzos políticos “en la construcción de economías resilientes, inclusivas y más ecológicas, tanto para impulsar la recuperación como para aumentar la producción potencial”.

(SERVIMEDIA)
06 Abr 2021
ECR/clc