En su réplica a los grupos parlamentarios en el marco del debate para la segunda votación de investidura en el Pleno del Parlamento de Cataluña, Aragonès observó bastantes “elementos comunes” con los postulados de Junts, lo que le permitió constatar que “no veo obstáculos que impidan aceptar mi investidura”.

Eludió entrar en polémicas con Junts, a pesar de lo cual dejó claro que su grupo “desde el primer momento” ha estado dispuesto a negociar “un programa, una estructura y responsabilidades” de Gobierno”.

Tras aseverar que quiere sus votos, proclamó que “tenemos días por delante” para alcanzar un acuerdo que permita su investidura como presidente de la Generalitat de Cataluña.

Aragonès llamó a no temer el ‘impasse’ que supone la permanencia en el poder de un Gobierno en funciones al comprometerse a “ejercer hasta el límite que permite la ley” sus atribuciones como presidente de la Generalitat durante este periodo. No obstante, rogó a Junts que “no mantengan esta situación por tiempo indefinido, den certezas a los ciudadanos”.

Por ello, les conminó a reconsiderar su decisión de abstenerse hoy, ya que “no hay motivos suficientes para no votar la investidura. Si más adelante la apoyan, se darán cuenta de que no los había”.

Aragonès elevó el tono para dirigirse al presidente del grupo del PSC, Salvador Illa, a quien le espetó que no ha llegado el momento de “pasar página, sino de escribir nuevas páginas”. Le acusó de “ignorar los votos”, ya que, en caso de que se presentara a la investidura, “¿quién le va a votar a usted?”.

Llamó a “dejar atrás las frases antiguas de debates de hace muchos años”, puesto que, “si queremos un país nuevo, no hay que hablar de nuevos y malos catalanes”, ya que “Cataluña es un solo pueblo, una única nación, que construiremos entre todos”.

Además, Aragonès repudió que Vox intente “patrimonializar los orígenes que una parte de la ciudadanía de este país tenemos fuera de Cataluña”. Luego de confesar sentirse “muy orgulloso” de ser “nieto de Antonio y Juana, que vino de Palomares para proporcionar un futuro mejor a mi madre y mis tías”, dijo que “dan mucha rabia los discursos de dos Cataluñas, que fomentan las divisiones étnicas de este país”.

A continuación, consideró un “buen acuerdo con una agenda potente de transformación” el alcanzado con la CUP, y dijo que no ve a En Común Podem como una “alternativa” a su proyecto político, sino como “parte de una vía amplia” de futuros acuerdos.

Por último, transmitió al PP que seguirá defendiendo la independencia de Cataluña “sin temor a ser considerado un ‘botifler’ o un traidor”, mientras que constató que defiende “una idea de país” que no comparte con Ciudadanos.