Así lo indicó Carrizosa durante el segundo pleno de investidura a la Presidencia de la Generalitat, donde lamentó que Aragonès “no es consciente” de lo “mal” que acabará su acuerdo con la CUP, a quienes volvió a tachar de “antisistema”, al tiempo que criticó que se ha olvidado de que “gobierna para todos”, porque él se debe a sus votantes, pero Aragonès a “toda la ciudadanía”.

Asimismo, explicó a Aragonès que no están en esta sesión de investidura para ver quién preside ese “fantasmal Consejo de la República”, sino el Gobierno de Cataluña. “Han llegado ustedes tan lejos en el desprecio por la autonomía que se han olvidado de darle a la Presidencia de la Generalitat la dignidad que merece”, comentó.

En este sentido, subrayó que a él el “Consell de la República” le importa “un rábano”, y señaló que, mientras en ese órgano no decidan sobre las “vacunas, el paro y sobre política útil”, hablen “donde quieran y dónde les dé la gana”.

Además, criticó que están “empantanados” en ver qué hacen con el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, que es como “una cosa molesta”, alguien a lo que no le acaban de dar “una salida”, cuando lo que Carrizosa quiere es que “el poder refrene al poder”. Así, rechazó que una autonomía quede bloqueada porque haya que formar dos gobiernos, “uno de verdad, aunque sea un completo desastre, y otro paralelo para satisfacer los egos y orgullos heridos por las guerras partidistas”.

GOBIERNO ANTISISTEMA

Carrizosa ironizó al señalar que no tiene “especial prisa” en que se constituya un Gobierno “antisistema” que, a su juicio, va a preparar un “nuevo golpe”, y aconsejó a Aragonès que, a la hora de formar este nuevo Gobierno, tenga en cuenta la “pluralidad” de Cataluña.

Al respecto, apuntó que Aragonès es un candidato que está “cediendo ante los antisistema” que quieren “arruinar Cataluña” para que se pueda preparar el “caldo de cultivo para un nuevo golpe”, y aseguró que también ve a la “antigua convergencia” esperando que se mantenga “el tren de vida de un señor prófugo” cuyo mayor logro fue “proclamar la república durante tres segundos”.

“Dedíquese a los problemas reales, deje de subordinar la política de Cataluña a proyectos irrealizables y que no son compartidos por la mayoría de los catalanes”, finalizó, dirigiéndose a Aragonès.