Según informó el Instituto Armado, la investigación comenzó a principios de 2018, cuando el Servicio de Información de la Guardia Civil recibió un chivatazo de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias acerca de la aparición de diversas pintadas y consignas vinculadas a la organización terrorista Daesh en el penal de Algeciras.

Ello permitió detectar la existencia de un presunto grupo compuesto por internos de esa cárcel dedicado a la radicalización y captación de otros presos.

Las pesquisas también revelaron que uno de los detenidos, que cumplía condena por delitos relacionados con el yihadismo, ostentaba un rol de ascendencia sobre el resto de los internos, realizando labores de adoctrinador sobre los mismos.

En el marco de su actividad proselitista, habría reclutado al otro detenido, que se encontraba cumpliendo condena por un delito de autoadoctrinamiento terrorista y que se erigió igualmente en reclutador de otros internos ejerciendo una labor entre aquellos a los que tenía acceso.

Esta investigación, según la Guardia Civil, tendría relación con otra que se realizó el pasado 12 de marzo en Melilla, en la que fue detenido un individuo que había coincidido con los anteriores y que compartía sus postulados.

La autoridad judicial ha acordado la prisión preventiva para el detenido que se encontraba en libertad.

El Instituto Armado presentó esta operación como un “ejemplo” de acción coordinada por la Guardia Civil y la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, una colaboración que ha dado lugar a diferentes actuaciones, la última en este mismo mes de marzo de 2021, cuando fue desarticulado un grupo de internos cuyas actividades estaban dirigidas a la captación y radicalización en el entorno penitenciario.