En su rueda de prensa de balance de la legislatura, Sáenz de Santamaría respondió sin demasiadas concreciones a las preguntas de los periodistas sobre el futuro de las pensiones, los sueldos públicos, la negociación colectiva, el mercado laboral y el salario de los diputados.

Se limitó a asegurar que la austeridad no sólo se consigue con recortes en el gasto público y que la apuesta del PP será "hacer reformas" para no tener que "hacer recortes" en las políticas sociales.

En materia impositiva, lo más concreto que adelantó es que el PP mantiene su rechazo a la reinstauración del Impuesto de Patrimonio, que en ningún caso prorrogará más allá del 2012 previsto por el Ejecutivo socialista.

Lo que sí están dispuestos a recorta los populares es el "gasto corriente superfluo" de las administraciones públicas, para poder "mantener el gasto social".

En cuanto a la propuesta de la CEOE, que ayer pidió replantear el aumento salarial pactado con los sindicatos para 2012, la portavoz popular tampoco se pronunció.

Se limitó a anunciar una reforma laboral que "combine la estabilidad en el empleo y la flexibilidad en las condiciones laborales", sin especificar qué aspectos serán los que se flexibilicen.

También abogó por establecer "nuevos parámetros para la negociación colectiva", para lo cual habrá que "buscar el acuerdo entre empresarios y sindicatos".