Cierra una etapa de trece años como consejero delegado del Sabadell con palabras a su sucesor de que “vas a hacer un gran trabajo”, un “sincero agradecimiento” al presidente del banco, Josep Oliu, y al Consejo de Administración por la confianza, y elogios a todo el equipo del banco sobre la “profesionalidad, dedicación, compromiso y vocación de servicio”.

Fueron prácticamente las únicas referencias personales en un discurso donde ha cumplido con el tradicional rol de rendir cuentas de un ejercicio cerrado donde subrayó que el Sabadell efectuó fuertes sacrificios con los que “se proyecta hacia adelante de manera mucho más sólida, habiendo cubierto los potenciales impactos de la crisis del Covid-19, y mejorando sustancialmente su base de costes”.

Según recordó, el 2020 ha sido un año “complejo”, marcado por la crisis sanitaria pero donde también el banco “ha fortalecido su posición financiera y su balance, ha mostrado una excelente dinámica comercial, y ha acompañado a sus clientes, y a la sociedad en general, para contribuir a mitigar los efectos de la pandemia”.

Su beneficio se limitó, sin embargo, a apenas 2 millones de euros -222 millones de excluir la filial británica, TSB- porque soporta un saldo negativo de alrededor de 700 millones por varios impactos extraordinarios.

Por el lado de los impactos negativos incorporó provisiones extraordinarias por valor de 1.200 millones de euros para cubrir potenciales deterioros de la crisis del Covid-19 a futuro, aún cuando su morosidad mejoró; y otros 314 millones en costes de reestructuración en España y 101 millones en el Reino Unido; que dijo que “permiten mejorar sustancialmente la base de costes del banco de cara al futuro”.

En el lado positivo generó plusvalías por valor de 599 millones con venta de carteras de deuda que fueron a financiar la reestructuración, y ayudar a acelerar la venta de activos problemáticos; y otras plusvalías de 293 millones por la venta de la nuestra gestora de activos en el marco de la alianza con Amundi.

CERRADO EL PLAN DE AJUSTES

Así, detalló que se implementó un plan de eficiencia en España, del que ya se han completado las salidas voluntarias de empleados de forma que “a partir del segundo trimestre de 2021, ya se materializan el 100% de los ahorros de costes”, previstos en 141 millones anuales.

Indicó que el capital total se elevó al 16,1%, con un colchón de 357 puntos básicos proforma sobre los requerimientos mínimos regulatorios; y se aceleró la venta de activos problemáticos gracias a las nuevas provisiones, liquidando prácticamente el EPA de Banco CAM y reduciendo en 30.000 millones dicha exposición desde el año 2013.Con todo, su morosidad bajó al 3,6%, con un ratio del 52,6% de cobertura.

A pesar del escenario señaló entre los hitos que la entidad “ha mejorado sus principales cuotas de mercado”, con expansiones, por ejemplo, de 13 puntos básicos en crédito y en primas en seguros de protección de vida, o subiendo al 5,95% la correspondiente a fondos de inversión y al 17% en facturación de TPVs, mientras que más de la mitad de las pymes son clientes del banco y el 71% de las grandes empresas.