Esta agencia de la ONU afirmó que la población en los campos de desplazados era de 594.800 a finales del pasado mes de julio, lo que supone un descenso del 6% respecto a junio.

A pesar de estos datos, las salidas de los campamentos se han desacelerado en comparación con el pasado mes de mayo, lo que, según la OIM, indica que cada vez es más difícil encontrar soluciones para las personas desplazadas.

El jefe de misión de la OIM en Haití, Luca Dall'Oglio, aseguró que el ritmo de salida en los últimos meses "se ha reducido considerablemente y la mayoría de los que están ahora en los campamentos eran inquilinos antes del terremoto".

"Además, el número de residentes de los campamentos que se fueron sin una vivienda adecuada sigue siendo inaceptablemente alto y han sido expulsados principalmente por factores de presión, como malas condiciones de vida en el campo, la lluvia, la inseguridad, la delincuencia y los desalojos", añadió.

Por otro lado, la OIM señaló que también ha disminuido el número de campos de desplazados, que han caído por debajo de los 1.000, concretamente 894.

Esta agencia de la ONU indicó que esto se debe, en parte, a las deterioradas condiciones de vida, la inseguridad y los desalojos forzosos. De hecho, la OIM recalcó que los desalojos propiciaron el cierre de 27 de los 107 lugares de asentamiento eliminados en el último mes, que representaban a casi 8.000 de las 40.000 personas que han abandonado los campos desde el pasado mes de junio.