El colectivo, asegura, ha reunido en menos de 24 horas más de 22.000 peticiones firmadas para que la Delegación del Gobierno no autorice la "manifestación antiPapa" convocada para la víspera de la llegada de Benedicto XVI a Madrid.

Aunque la Delegación del Gobierno no ha autorizado el recorrido sugerido, entre Tirso de Molina y Sol, los organizadores advierten de que no acatan la decisión y "le toca al Ministerio del Interior velar por la seguridad" de los peregrinos y de quienes quieren disfrutar de la visita del Papa.

"Nuestras leyes reconocen y protegen especialmente la libertad religiosa y de culto como uno de los fundamentos de la convivencia", dice Arsuaga".

En su opinión, "el ateísmo militante y el laicismo militante son actitudes respetables que deben tener su cauce en una sociedad abierta. Hay sitio para todos, pero el punto de partida es el respeto y el reconocimiento del otro", y esa manifestación está convocada "con el único fin de insultar a los católicos y negarles su derecho a celebrar la fe en la calle".