Durante su intervención en los Cursos de Verano de la Universidad complutense de Madrid (UCM) en San Lorenzo de El Escorial (Madrid), señaló que en la crisis debería haberse dejado “tranquilo al que lo ha hecho bien” y por el contrario intervenir al que “lo ha hecho mal” en vez de que se “siga quedando en el mercado con dinero público”.

Pizarro apostó por una mayor “transparencia” y porque “en estos momentos, donde estamos viendo qué es lo que pasa con los fondos públicos entre comunidades autónomas y el Estado” los gestione quien “preste mejor servicio, mayor libertad, quien oiga mucho más a la gente y cobre menos impuestos”.

Así, criticó que “no pueden aprovecharse los fondos generales del Estado para hacer competencia desleal de unas comunidades autónomas sobre otras” y el que algunas comunidades hagan “embajadas y otras hospitales”.

De esta forma cuestionó la “mala regulación del sistema eléctrico” al encarecerse la luz un 17,%; el “mal diseño institucional” y la libertad de elección en la educación.

En referencia a los organismos de supervisión y regulación financiera dijo ser “pactista” ya que “más vale un buen arreglo que un buen pleito”, aunque matizó “si no se puede pactar” lo mejor es “poner un nombre ejemplar”.

El exdirigente popular subrayó algunos puntos a tener en cuenta para la mejora de la situación económica, como la globalización, en donde “nada de lo que pasa en el mundo nos es ajeno”, la competencia entre “las empresas, las personas, los estados y las comunidades autónomas” y la importancia de la información como “oportunidad de hacer negocios”.

JUSTICIA

El jurista y economista destacó que “la gran reforma que hay que hacer en España es la justicia” ya que aunque no faltan jueces, “sobra mala organización, falta ejemplaridad y una justicia eficaz”.

En su opinión la justicia en España es “tardía” y uno de los motivos de dicha circunstancia es que “estamos judicializando absolutamente todo en la vida” y “eso no puede ser”.

15-M

Sobre el movimiento 15-M, Pizarro indicó que “hay que estar atentos a los movimientos de la sociedad” pero afirmó que “en las sociedades maduras y modernas los mecanismos son institucionales” por lo que a su juicio, “no pueden condicionar el voto de 10 millones de españoles, 2.000 personas reunidas en una plaza por mucho que haya que escucharlos”.