EL 17% D LOS SORDOS PROFUNDOS SE HA SOMETIDO A UN IMPLANTE COCLEAR

PAMPLONA
SERVIMEDIA

El 17 por ciento de las 16.000 personas que sufren una sordera bilateral profunda en España se han sometido a un implante coclear, según los datos de la Clínica Universitaria de Navarra, que la pasada semana organizó un seminario sobre esta técnica en el que participaron 20 especialistas españoles y extranjeros.

El implante coclear consiste en la colocación de un receptor- estimulador que transforma las vibaciones mecánicas en impulsos eléctricos, que son trasmitidos al cerebro a través de las fibras nerviosas auditivas.

Los cirujanos colocan bajo la piel, en la región retroarticular, un receptor-estimulador comunicado con un grupo de 22 electrodos, que son introducidos en la cóclea del oído.

Los elementos externos del implante son un transmisor, un micrófono situado detrás de la oreja y un cable que comunica con un pequeño microprocesador de la palabra.

Las personas que se someten a esta intevención tienen que estar muy motivadas, según los expertos, ya que posteriormente deben realizar una fase de aprendizaje y rehabilitación muy dura, en la que aprenden a interpretar las señales que les llegan al cerebro.

Uno de los centros españoles que realiza esta técnica es la Clínica Universitaria de Navarra, que ya ha operado a 30 personas sordas, 10 de ellas niños, desde que a finales de 1989 creó el servicio.

INSALUD CONDENADO A PAGAR

Esta técnica, aún muy costosa, no ha contado con la fianciación pública hasta que el Juzgado de lo Social número 3 de Zaragoza condenó el 28 de septiembre de 1990 al Insalud a pagar los gastos ocasionados por la implantación de una prótesis auditiva a una menor sorda de la ciudad aragonesa.

En la sentencia, el juez afirmaba que las prótesis auditivas son necesarias para la comunicación, recuperación e integración de las personas sordas, por lo que obligaba al Insalud a pagar la implantación.

El argumento utilizado por el Insalud para negarse a sufraar estas intervenciones fue, en aquella ocasión, que dicha prestación no figuraba en el catálogo de especialidades financiadas por la Seguridad Social.

(SERVIMEDIA)
28 Nov 1991
EBJ