Según informó la Policía, como presuntos miembros de esta banda han sido arrestadas ocho personas, entre ellas el principal cabecilla, que se encargaba personalmente de negociar las condiciones con los propietarios de los negocios y de adquirir la droga a otros narcos.

La investigación de este caso se inició a raíz de otra actuación policial -la “Operación Colapso"- que culminó en enero de 2011 con la detención de 25 personas dedicadas al tráfico de estupefacientes y al blanqueo de dinero.

Los investigadores descubrieron entonces que uno de los responsables de la organización de narcos se encargaba de suministrar la cocaína a un distribuidor de Linares. Con esta información, los agentes iniciaron nuevas pesquisas y averiguaron que el receptor del estupefaciente era el cabecilla de un grupo que tenía el monopolio de la seguridad de los locales de ocio de esta localidad. Este sujeto extorsionaba a los dueños de una treintena de locales para que accedieran a contratar como porteros de los establecimientos a miembros de la banda.

Respecto al tráfico de estupefacientes, los investigadores averiguaron que la banda ahora desarticulada tenía capacidad para "colocar" un kilogramo de cocaína al mes. También comprobaron que aprovechaban el control de la seguridad en los locales de ocio para distribuir la cocaína y otros estupefacientes entre sus clientes.