Aguirre, que mantuvo una reunión con el presidente gallego para hablar sobre la situación autonómica ante la crisis, declaró en rueda de prensa, al ser preguntada sobre el nuevo Ejecutivo de Zapatero, que el flamante ministro del Interior, Antonio Camacho, es "la persona que ha encargado Rubalcaba de quedarse al frente de las situaciones complicadas", tales como el "caso Faisán". "Le deseo todo lo mejor y grandes aciertos", añadió.

En cuanto a José Blanco, reiteró que tiene con él una muy buena relación personal y puntualizó que le espera una labor complicada como portavoz de Un Gobierno "agónico" que "no toma decisiones ni convoca elecciones".

Sobre la candidatura de Alfredo Pérez Rubalcaba, la presidenta madrileña insistió en que ha cambiado de idea en diferentes aspectos e incluso ha modificado su propio nombre, por lo que "ya no sé cómo hay que llamarle", y le pidió que haga cumplir la ley en la Puerta del Sol.

"Dijo que no iba a cambiar las leyes educativas porque él tuvo una participación directa en ellas como ministro, y han traído a España una degradación en el sistema de conocimiento de los alumnos sin parangón", subrayó.

Por su parte, Feijóo manifestó que nunca ha existido un gobierno tan inestable, con una remodelación tan continua y constante, desde la época de la Transición, teniendo en cuenta que esta es la novena vez que Zapatero cambia el Ejecutivo en siete años.

"No es posible que cuando se necesitan más firmeza, valentía y liderazgo el Gobierno caduque cada ocho meses", indicó el presidente gallego, quien aseguró que esta nueva modificación es la constancia de que "las cosas no van bien" ni política ni económicamente.

Tras pedir a Zapatero que "o gobierne o convoque elecciones", felicitó a José Blanco por "estar en el último tramo de un Gobierno de España", aunque a él, personalmente, no le gustaría ser portavoz de un Ejecutivo "agónico" y pediría que "apartasen de mí este cáliz".