Según informa este sábado la policía autonómica catalana, el padre, de 46 años, y su hijo, de 17, contaban con un total de 120 plantas de marihuana en su domicilio.

En un amplio operativo de vigilancia, los agentes pudieron observar que diariamente un gran número de personas visitaban el domicilio. Además, comprobaron que algunas de estas personas eran delincuentes habituales de la zona.

Cuando los compradores abandonaban la casa los Mossos procedían a la identificación de los individuos y en la mayoría de casos estas personas llevaban marihuana, que manifestaban haber adquirido en el domicilio vigilado. Por ello, además de identificadas eran denunciadas administrativamente por la tenencia de estupefacientes.

Tras recopilar pruebas suficientes del presunto tráfico que se realizaba en este domicilio y presentarlas al juez, este decretó la entrada y registro del mismo, en el que participaron efectivos de la unidad canina de la policía catalana.

El menor pasó a disposición de la fiscalía de menores quedando sin efecto la detención y bajo la tutela de su abuela. Su padre, tras pasar a disposición judicial quedó en libertad bajo fianza de 1.000 euros y con cargos.