El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico trabaja en una orden ministerial que incluirá a todas las poblaciones de lobo ibérico en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre) tras la reciente decisión adoptada en este sentido por la Comisión Estatal para el Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, órgano formado por el Gobierno y las comunidades autónomas.

Ello supondrá que el lobo dejará de ser una especie cinegética al norte del Duero (salvo Asturias, donde no lo es desde 1991), puesto que la caza ya está prohibida al sur de esta cuenca hidrográfica.

La vicepresidenta cuarta del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, y el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, comparecerán esta tarde en el Senado para informar de los trabajos del Ejecutivo sobre la protección del lobo y las medidas de apoyo a la ganadería extensiva.

Para Ecologistas en Acción, la presencia de lobos en zonas ganaderas requiere que se adopten medidas preventivas lo antes posible para reducir los ataques lobunos.

Como parte de la campaña ‘Vivir con lobos’, que Ecologistas en Acción desarrolla con la colaboración de alrededor de 50 ganaderos de zonas loberas, esta organización propuso a las administraciones competentes que adopten siete medidas en este sentido.

Algunas de esas medidas son ayudas a los costes derivados del manejo adaptado a la presencia de lobos, reconocer legalmente a los mastines como animales de trabajo y pagar indemnizaciones justas en tiempo y forma condicionadas a la adopción de medidas de prevención facilitadas por las administraciones.

Promover la prevención de daños, especialmente en zonas de posible expansión de la especie o en zonas de presencia reciente; fomentar y apoyar en la ganadería extensiva el uso de canales cortos de comercialización; desarrollar una Ley de Ganadería Extensiva adaptada a las pequeñas explotaciones extensivas y a un manejo sostenible, y fomentar el conocimiento social y la empatía con la ganadería extensiva y su papel fundamental para la coexistencia con grandes carnívoros completan la relación de propuestas.

“CONOCER AL LOBO”

Ecologistas en Acción consideró necesario “conocer al lobo e informarse de su ecoetología para poder valorar los efectos positivos que tiene sobre los ecosistemas en los que habita”, es decir, sus respuestas ante los estímulos, sus pautas de comportamiento y el porqué de sus conductas que “tanto miedo y odio atávico han vinculado siempre la relación entre humano y lobo”.

Según Ecologistas en Acción, el lobo no tiene depredadores naturales al ser un predador apical, por lo que tiene sus propios mecanismos de autorregulación que pasan por estrategias biológicas, ecológicas y etológicas, además de muertes naturales.

Además, indicó que se trata de una “especie clave” porque ejerce un “efecto cascada” sobre el resto del ecosistema que va más allá de su mera predación y es un “mediador conductual”, es decir, ejerce un impacto directo e indirecto tanto sobre sus presas como sobre otros depredadores que están más abajo en la pirámide, como el zorro.

Uno de estos efectos es el ‘efecto miedo’, que implica una cautela mayor de ungulados silvestres por su mera presencia y que hace que se dispersen más en vez de concentrarse en grandes grupos, lo que tiene unos efectos positivos sobre los cultivos (agricultura) y sobre las enfermedades transmitidas al ganado doméstico.