Según informó la compañía este miércoles, los ingresos se situaron en 1.731 millones, un 5% menos por los menores recursos eólicos y el efecto negativo de los tipos de cambio, que no se vieron compensados por el aumento de los precios de venta.

La partida de otros ingresos operativos ascendió a 498 millones, frente a los 400 millones de euros de 2019, con una evolución anual que refleja las plusvalías de 443 millones relativas a las operaciones de venta cerradas a finales de año en Estados Unidos y España, así como las participaciones vendidas a la ‘joint venture’ con Engie, tal y como estaba previsto en el acuerdo firmado en enero de 2020. El beneficio bruto de explotación (Ebitda) alcanzó los 1.655 millones.

A cierre de diciembre de 2020, la deuda neta de la compañía era de 3.443 millones de euros, 640 millones más frente a diciembre de 2019, lo que refleja, por un lado, la tesorería generada por los activos y, por otro, las inversiones realizadas en el periodo, incluida la adquisición de Viesgo Renewables y la conversión de divisas, según destacó la compañía.

EDPR gestionaba una cartera de activos en explotación con una capacidad total de 12,2 gigavatios (GW), de los cuales 11,5 GW están totalmente consolidados y 669 megavatios (MW) lo están por el método de puesta en equivalencia (participaciones en España, Portugal, Estados Unidos y ‘Offshore’).

En el conjunto del ejercicio, EDPR incrementó su capacidad en 1.580 MW, incluyendo los 486 MW de la adquisición del negocio de renovables de Viesgo.

La capacidad en construcción al término de 2020 era de 2,4 GW, de los cuales 1.648 MW correspondían a energía eólica terrestre, 404 MW a solar fotovoltaica y 311 MW a participaciones accionariales en proyectos eólicos marinos.