Lo dijo durante su comparecencia ante la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados para presentar la nueva Estrategia de Acción Exterior después de que el pasado 26 de enero el Consejo de Ministros aprobara y remitiera a las Cortes Generales la Estrategia de Acción Exterior 2021-2024, que tiene como ejes primordiales la promoción y defensa de los derechos humanos; la democracia y la igualdad de género; la apuesta por la economía global; el compromiso con la transición energética; y el apoyo al multilateralismo.

Esta estrategia es la segunda que se aprueba desde la entrada en vigor de la Ley 2/2014, de 25 de marzo, de la Acción y del Servicio Exterior del Estado.

La jefa de la diplomacia española comenzó su intervención proclamando que esta estrategia ha de ser la palanca que permita que España tenga "un papel más relevante en el plano internacional" y proyectar más allá de sus fronteras "los valores y principios que nos caracterizan como sociedad: libertad, paz, igualdad, solidaridad, justicia, diversidad, democracia y sostenibilidad".

González Laya expuso que actualmente la comunidad internacional asiste a "un momento de creciente cuestionamiento del orden internacional diseñado tras la Segunda Guerra Mundial" que se ha visto acelerado con la irrupción de la pandemia del coronavirus. Esto le permitió identificar "cuatro fracturas" a las que España debe enfrentarse en la escena exterior: socioeconómica; "ecológica, climática, demográfica y de biodiversidad"; "tecnológica"; y "la pérdida de confianza ciudadana en las instituciones".

La ministra comentó que la estrategia opta por un despliegue transversal de "cuatro ejes globales": "promoción de unos derechos humanos plenos y garantizados, el apoyo a los procesos de democratización y el impulso a mecanismos más efectivos de defensa y seguridad colectivas, el fomento de una política exterior feminista e impulsora de la diversidad, de la igualdad y de la no discriminación"; "la apuesta por una economía integrada e inclusiva, con una diplomacia económica al servicio del crecimiento y del empleo que aborde las grandes cuestiones que afectan al desarrollo de nuestras sociedades, incluidas las múltiples dimensiones del reto demográfico y migratorio"; "la defensa de un planeta más sostenible, en el que aspiramos a estar a la vanguardia en materia de diplomacia climática, gestión del medio ambiente y políticas de transición ecológica"; y "una voluntad decidida de contribuir a la mejora de los mecanismos de gobernabilidad global".

A partir de lo anterior, señaló que los "principios rectores" de la Estrategia de Acción Exterior serán los siguientes: "más Europa", "mejor multilateralismo", "bilateralismo estratégico" y "compromiso solidario".

Reafirmó la vocación europeísta de España señalando la importancia de la Conferencia sobre el Futuro de Europa; aseveró que "el multilateralismo no es, en el mundo de hoy, una opción política o una postura ideológica: es una necesidad de supervivencia"; señaló que el reconocimiento de la acción bilateral, en algunos casos, ofrece un valor añadido, como en el caso de América Latina y el Caribe, EEUU, la Vecindad Sur o África Subsahariana; y refrendó el compromiso español con la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Por último, destacó que el desarrollo de los "grandes ejes" implica "la necesidad de alinear al máximo el empleo de nuestros medios y de nuestros instrumentos de acuerdo con las prioridades definidas", para lo cual se aprobará un nuevo Reglamento de la Carrera Diplomática, se orientará la acción exterior con un corte feminista y favorable a la diversidad y se digitalizarán los servicios consulares y diplomáticos.