1.600 NIÑOS DE BOSNIA-HERZEGOVINA PODRIAN SER ACOGIDOS EN MADRID POR PROFESORES DE LA UNIVERSIDAD COMPLUTENSE

MADRID
SERVIMEDIA

El rector de la Universidad Complutense de Madrid, Gustavo Villapalos, dijo hoy que está estudiando la posibilidad de que unos 1.600 iños de la república ex yugoslava de Bosnia-Herzegovina, acosada por las milicias serbias, puedan ser acogidos en viviendas de los profesores de la Universidad Complutense.

Villapalos, junto con la profesora Fanny Rubio y una asociación internacional, pretende dar cobijo, a finales de agosto o a principios de septiembre, a un niño bosnio por cada profesor de la Complutense. "La aceptación entre muchísimos profesores ha sido excelente", señaló. "La gente se ha volcado".

No obstante, en declaracions a Onda Cero, el rector advirtió de los riesgos que conllevaría la operación, porque "ni siquiera los 'cascos azules' de Naciones Unidas pueden garantizar que esos niños puedan salir en una ruta que está abatida permanentemente por la artillería y el fuego de los morteros serbios".

HIPOCRESIA OCCIDENTAL

El rector de la Complutense criticó la hipocresía de los países desarrollados hacia casos como el de Bosnia-Herzegovina o Somalia, cuya causa obedece, a su juicio, a que en esas zonas no hay petróle ni se mueven grandes intereses económicos, por lo que "nadie parece ocuparse de ellos".

Reconoció incluso que deberíamos avergonzarnos de nuestra condición de ciudadanos del mundo cuando casos como éstos dejan mucho que desear de la condición y de la solidaridad humanas, "especialmente de los países avanzados, que podrían resolver esta crisis en 48 horas".

"Simplemente", añadió, "una decisión tajante de la diplomacia norteamericana sobre una posible intervención aérea para proteger los convoyes e ayuda humanitaria bastaría para poner fin a una situación así".

Villapalos tuvo también palabras sobre la falta de operatividad de la ONU, excesivamente dependiente del Consejo de Seguridad, del que dijo que "dicta unas normas, pero no pone un calendario de fechas para ponerlas en vigor y, mientras, están muriendo muchas personas".

"Cruz Roja y algunas asociaciones de defensa de los derechos humanos han intervenido, pero lo que pueden hacer es mucho y, a la vez, muy poco, debido al alcance de s acción", concluyó el rector.

(SERVIMEDIA)
13 Ago 1992
E