El nuevo presidente de las Cortes valencianas, Juan Cotino, miembro del Opus Dei, colocó ayer en la mesa presidencial del legislativo autonómico un crucifijo de su propiedad durante la sesión constitutiva.

Según dijo Llamazares cosas así suceden porque el Gobierno no ha querido traer al Parlamento la Ley de Libertad Religiosa que comprometió en su programa electoral, ni ha establecido un protocolo civil para las tomas de posesión en las instituciones.

En un Estado "aconfesional", señaló Llamazares, los actos de toma de posesión y juramento o promesa de cargos se deben hacer sobre la Constitución o sobre la normativa legal vigente.

Con todo, advirtió a los populares valencianos que sus intentos de dar por zanjados los casos de corrupción con el recurso al "perdón de los pecados" no tendrán éxito, ni siquiera en virtud de los resultados electorales.

En ese sentido, insistió en que los jueces seguirán investigando a más de una decena de diputados populares de las Cortes valencianas.