Rubalcaba se defendió de esta forma de la acusación implícita en la pregunta que le formuló en la sesión de control al Gobierno el diputado del PP Ignacio Cosidó. Éste empezó ironizando que el que el vicepresidente haya sido nombrado "candidato a dedo" a las elecciones de 2012 por el PSOE no significa que tenga que nombrar a dedo a los agentes de policía.

Según Cosidó, Interior ha incumplido cuatro sentencias judiciales que le achacan "7.000 dedazos" en la policía, y debido a ello ahora tiene 100 vacantes. "¿Ése es el respeto que tiene a la Policía, a las resoluciones judiciales y a esta cámara?", preguntó, volviendo contra su interlocutor los reproches que Rubalcaba suele hacer al PP en otras polémicas?

Tras asegurar el vicepresidente que él, todo el Ministerio y los Cuerpos de Seguridad cumplen las resoluciones judiciales, Cosidó le replicó que "siempre que no le lleven lo contraria" y volvió a la carga interpretando que Rubalcaba "se empecina" en nombrar a los agentes a dedo "porque ahora más que nunca quiere someter a la policía a sus propios intereses electorales".

En esa línea, le recriminó que celebre actos políticos en comisarías y deseó que cuanto antes deje de ser ministro para ser simplemente "el candidato Alfredo", pero que mientras tanto "no haga trampas y cumpla las resoluciones judiciales".

Rubalcaba contestó ratificando que se están cumpliendo las sentencias, pero que eso al PP "le importa un pimiento". Según indicó, "las matemáticas son como son" y muestran que el número mayor de policías de libre designación nombrados ahora se debe al incremento total de la plantilla, pues el porcentaje es menor que bajo los gobiernos del PP.

Por último, esgrimió la lucha antiterrorista, las cotas de delincuencia e inmigración ilegal, el número de crímenes esclarecidos y de muertos en la carretera para reivindicar que "ése es el balance del Ministerio del Interior, le guste o no le guste".