En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, aseguró que con esta regulación se establecen unos requisitos generales sobre remuneraciones con el fin de "no alentar la especulación".

En concreto, esta medida establece que las entidades deberán mantener políticas de remuneración que sean coherentes con una gestión eficaz del riesgo

Además, exige el establecimiento de mecanismos de aplazamiento y retención de parte de la remuneración, de manera que entre un 40% y un 60% de la parte variable se difiera como mínimo tres años.

Con el fin de alinear los incentivos del directivo con los de los accionistas, una parte sustancial de la retribución variable de todos los directivos deberá consistir en acciones o instrumentos similares.

Así, al menos la mitad del componente variable de las remuneraciones deberá de pagarse en acciones o instrumentos similares que relacionen los pagos con los resultados a largo plazo de la entidad.

El decreto aprobado por el Consejo establece también que, en las entidades que reciban apoyo financiero público, la remuneración variable de los directivos sólo será posible si, a juicio del Banco de España, está adecuadamente justificada. Además, añade que esta remuneración podrá ser limitada por el propio supervisor.

Esta normativa se incluye en un Real Decreto aprobado por el Consejo de Ministros que también transpone otra directiva comunitaria sobre los recursos propios de las entidades financieras.

El objetivo de estas dos transposiciones es el establecimiento de nuevos requisitos prudenciales a las entidades financieras, el impulso de la cooperación entre supervisores de la Unión Europea, el refuerzo de la supervisión y la creación de un nuevo régimen de contribuciones ponderadas al fondo de garantía de depósitos.