Sintel fue una exfilial de Telefónica que dejó en la calle a unos 1.700 trabajadores. Empleados de esta empresa levantaron el "Campamento de la Esperanza" en el paseo de la Castellana de Madrid durante seis meses de 2001 en demanda de sus derechos laborales.

"El futuro de los jóvenes no puede ser lo que se está diseñando para ellos. Es una auténtica locura y una vergüenza", indicó a Servimedia Jiménez, quien defendió "una sociedad que camine hacia lo más justo y dé oportunidades a los individuos, y no una sociedad de grandes partidos y sindicatos que manejan el cotarro".

Para Jiménez, las protestas de los descontentos demuestran que "la democracia está agotada", por lo que les recomendó que "sigan más que indignados".

Jiménez señaló que este movimiento social "tendrá consecuencias políticamente", sobre todo para el PSOE "en un futuro", no sólo en las elecciones autonómicas y municipales de este domingo.

Por otro lado, Jiménez aplaudió a los descontentos por "atacar y dejar con el culo al aire al sistema, a los partidos políticos y a los sindicatos. Esto no es una democracia, es una partitocracia de cuatro golfos".

"Han perdido el miedo, que es lo peor que le puede pasar a una persona a la hora de tomar una decisión. Luchan por una causa justa y de forma pacífica y es la evidencia televisada de que la democracia en España no existe", apostilló.

Subrayó que este movimiento contestatario "pone a los políticos frente al espejo y les dicen que lo que tenéis es lo que sois: unas marionetas del sistema y del capital", por lo que recomendó a los dirigentes políticos que escuchen las demandas de estos ciudadanos "indignados".

Por otro lado, Jiménez lamentó que, diez años después, aún no se haya resuelto el conflicto laboral de Sintel, ya que, según afirmó, "ni siquiera nos han pagado los 20 días por año que legalmente nos corresponden, estamos sin cobrar el plan de pensiones y la Comisión de Control no se digna ni a respondernos".