Espinosa se dio un baño de masas en un mitin celebrado en el nuevo Palacio de Congresos y Exposiciones de Oviedo, donde más de 2.500 personas la arroparon junto al presidente nacional del Partido Popular, Mariano Rajoy.

En su intervención, la candidata popular denunció que los socialistas “siguen empeñados en usar su vieja táctica electoral de infundir miedo a los ciudadanos”. Recordó que hace años lo hacían “con las pensiones” y ahora repiten estrategia acusando al PP de querer recortar los derechos sociales de los ciudadanos.

Espinosa afirmó ante su militancia que “no hay miedo a la derechona” ni en Asturias ni en España. Al contrario, aseveró que “si hay que tener miedo a algo es a la izquierdona, a lo que representa la izquierda, a los recortes sociales” que ha llevado a cabo el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero durante el último año, como la congelación de las pensiones y la bajada del sueldo de los funcionarios.

Espinosa arremetió durante la mayor parte de su discurso contra el candidato del PSOE al Principado, Javier Fernández, que este mismo miércoles comparte mitin en Langreo, a pocos kilómetros de Oviedo, con el ministro de Fomento y vicesecretario general de los socialistas, José Blanco.

La cabeza de lista del PP criticó que en Langreo comparten “escenario y sonrisas” a pesar de que el Ministerio de Fomento ha dejado claro en los últimos años que “de autovía del Cantábrico nada y de AVE menos todavía” para Asturias.

Además, criticó que el candidato Fernández se ha convertido en “un obediente y sumiso socialista asturiano, que es como siempre se han comportado” los de su partido político respecto a las decisiones adoptadas por el Gobierno de Zapatero en La Moncloa.

En clave asturiana, Espinosa arremetió también contra el Partido Socialista de Asturias ante los supuestos escándalos de corrupción publicados en las últimas semanas y que la llevaron a denunciar que “han fallado todos los controles”.

Espinosa denunció que “no hubo voluntad política para que esos controles se pusieran en marcha” y tampoco se aplicó una política de austeridad en las administraciones para evitar que el déficit y la deuda pública aumentara las consecuencias de la crisis económica.