En una rueda de prensa posterior al anuncio de fusión, Anchústegui señaló que con esta nueva restructuración, que se concretará entre junio y julio de 2010 (hasta entonces ambas empresas mantendrán su actividad), "no iban a perder a ninguno de sus buenos profesionales".

Según declaró el consejero delegado, la nueva compañía se llamará Generali, tendrá su sede social en Madrid, pero mantendrá en Barcelona "su centro de siniestros y su centro tecnológico".

El representante de Generali, indicó que su grupo pretende cambiar el modelo productivo con la intención de crecer para "dar un salto hacia delante", sin embargo, "ante la madurez del mercado español", descartó alcanzar la cuota que la empresa ha conseguido en Italia.

Aún así, para avanzar en el mercado español, dijo que la nueva compañía buscará trabajar en los cuatro ejes de desarrollo que tienen las empresas de seguros: "clientes, productos, operaciones y canales de venta".

De esta forma, Anchústegui apuntó que la fusión busca "una sola estrategia, una mayor agilidad, un mayor dinamismo y un mejor desarrollo profesional para los empleados".

Además, el consejero delegado no descartó adquirir nuevas compañías, ni patrocinar algún equipo deportivo para dar a conocer la nueva marca, algo que empezarían a hacer a partir de junio.

En esta línea subrayó que "estamos abiertos a analizar cualquier posición que se ponga encima de la mesa, no queremos renunciar a nada".

Por último, Anchústegui desveló que el nuevo organigrama de la compañía estaría compuesto por dos direcciones generales, una técnica y otra comercial. La primera saldría del equipo de Vitalicio y la segunda de Estrella.

La integración de Vitalicio y Estrella dará lugar a una compañía que, en términos agregados, cerró el ejercicio de 2008 con un volumen de primas y pensiones superiores a 2.574,7 millones de euros; un resultado consolidado neto de 179,9 millones y una plantilla total de 1.306 empleados.