Gallardón presidió un acto de conmemoración del Día de Europa que tuvo lugar en la glorieta de San Vicente, junto a la renovada ribera del Manzanares, lugar donde desde hace un año ondea permanentemente la bandera europea. Destacó que este entorno es un buen ejemplo de la profunda transformación que ha experimentado Madrid, "una ciudad que sólo puede entenderse en clave europea".

Según Gallardón, Madrid ha sabido sacar partido a las oportunidades que le han brindado las instituciones comunitarias. Explicó que más allá de los fondos para infraestructuras, Europa ha traído a la ciudad otras aportaciones que han sido claves para su renovación, como la inversión empresarial, el impulso emprendedor, el talento profesional, estudiantes y turistas.

"Lejos del escepticismo que prolifera en otros lugares, Madrid es una convencida y agradecida defensora de Europa y lo que representa", dijo Gallardón, para quien el Día de Europa es una ocasión para celebrar el logro colectivo que supone la integración europea, pero también, es una buena ocasión para la reivindicación.

"Cuando las fuerzas de la globalización y la emergencia de nuevas potencias reducen el protagonismo de Europa, y cuando las dificultades económicas hacen caer en tentaciones nacionalistas, es precisamente cuando hay que reivindicar el sentido histórico de este esfuerzo compartido", opinó.

El alcalde abogó por "una posición europea firme y decidida" ante los contextos de cambio que vive el mundo, y alertó sobre el riesgo de propuestas políticas abiertamente antieuropeas, algunas de las cuales han encontrado apoyo en el electorado de diferentes países de la Unión Europea.

Ante el escepticismo que crean las dificultades económicas y financieras, recordó las palabras de Jean Monnet, uno de los fundadores de la Comunidad Económica del Carbón y del Acero: "Europa se forjará en las crisis, y será el resultado de las soluciones adoptadas frente a esas crisis".