El Ejecutivo asegura que el incremento este año en la extensión de superficies arrasadas responde, en gran parte, al mayor número de tormentas secas registradas en el centro, sur y levante de la penínula.

Estas tormentas van acompañadas de fuertes vientos y turbulencias que intensifican el fuego y dificultan las operaciones de extinción.

El número de incendios en estas tres zonas de España ha sido similar al de años anteriores. En cambio, en el norte (Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco) las condiciones de humedad han sido favorables todo el año, ya que la vegetación se ha beneficiado de una lluvia bien repartida durante todas las estaciones.

NEGLIGENCIA EN EL BOSQUE

La superfici quemada hasta comienzos de octubre en España fue de 232.000 hectáreas, un 23 por ciento más que en el mismo periodo del pasado año, según informaron fuentes de la Secretaría General de Estructuras Agrarias del Ministerio de Agricultura.

Aunque el número de héctareas arrasadas ha sido considerablemente mayor, el de incendios se ha reducido en un 42,5 por ciento, pasando de 14.019 de enero a octubre de 1990 a 8.056 incendios durante el presente ejercicio.

Ello supone que, si bien ha habido menos sniestros, éstos han sido más importantes. Las cifras facilitadas por Agricultura revelan que sólo 40 incendios han sido responsables de casi la mitad de la superficie total, con una media de 2.750 hectáreas quemadas por cada uno.

En los presupuestos generales de este año figura una partida de 8.315 millones de pesetas para la lucha contra la erosión y 2.060 millones para ayudas a la prevención y lucha contra los incendios forestales.

En años anteriores, los agentes causantes de los siniestros fueon, por este orden, la negligencia de los usuarios del bosque (74 por ciento), la acción de los pirómanos (22%) y los rayos (4%).