Además, el COI compensará más del 100% de sus emisiones de carbono restantes, que hará principalmente a través del proyecto Olympic Forest, que forma parte de la Gran Muralla Verde, una iniciativa respaldada por la ONU para combatir la desertificación en la región africana del Sahel. Estas compensaciones harán que el balance climático del COI sea positivo en 2024, cuando eliminará más carbono de la atmósfera del que emita.

El COI también informó de que seguirá utilizando su influencia para alentar a otros dentro del mundo del deporte a tomar medidas contra el cambio climático.

"El deporte depende de un planeta sano", apuntó el presidente del COI, Thomas Bach, que añadió: “Como líderes del movimiento olímpico, tenemos la responsabilidad y la oportunidad de proteger nuestro clima. Este ambicioso objetivo pone al COI en línea con el Acuerdo de París, que tiene como objetivo limitar el calentamiento global a muy por debajo de los dos grados centígrados y ayuda a avanzar en la acción sobre el cambio climático".

Por su parte, el presidente de la Comisión de Legado y Sostenibilidad del COI, el príncipe Alberto II de Mónaco, apuntó que "el ambicioso compromiso del COI de reducir sus emisiones de carbono de conformidad con el Acuerdo de París es un claro testimonio de la seriedad con la que el COI aborda la crisis climática y ofrece un poderoso ejemplo de cómo el deporte puede contribuir a los esfuerzos globales".

En el periodo de 2016 a 2019, la huella de carbono promedio del Comité Olímpico Internacional fue de 53.000 toneladas anuales de CO2 equivalente. Con el fin de lograr la reducción del 45% en las emisiones, este organismo ha establecido un objetivo de reducción intermedio del 30% en 2024. La Comisión de Sostenibilidad y Legado del COI se ha encargado de desarrollar planes de acción para lograr ambas metas.

JUEGOS OLÍMPICOS

Este anuncio sigue a un compromiso anterior del COI de hacer que el clima de los Juegos Olímpicos sea positivo. A partir de 2030, cada Comité Organizador de los Juegos Olímpicos estará obligado contractualmente a minimizar y compensar sus emisiones de carbono directas e indirectas y poner en marcha soluciones duraderas de cero emisiones de carbono para los Juegos Olímpicos y el tiempo posterior.

Todos los próximos Juegos Olímpicos, incluidos Tokio 2020 y Pekín 2022, se han comprometido con la neutralidad de carbono. Los de la capital japonesa compensarán todas sus emisiones directas e indirectas y usarán la visibilidad de los Juegos para exhibir soluciones sostenibles como vehículos a hidrógeno, medallas olímpicas hechas con teléfonos móviles reciclados y podios elaborados con desechos plásticos donados por el público.

Todas las sedes de competición de los Juegos de Pekín 2022 tienen como objetivo utilizar energía 100% renovable. Se utilizarán sistemas de refrigeración naturales y con bajas emisiones de CO2 en la mayoría de las sedes de hielo, la primera vez que esta tecnología de bajo impacto climático se utilizará en China y en los Juegos Olímpicos de Invierno.

Con el 95% de las sedes preexistentes o temporales, entre otras medidas para evitar y reducir las emisiones de carbono, se espera que la huella de carbono de los Juegos de París 2024 sea de alrededor de 1,5 millones de toneladas de CO2 equivalente, la mitad de la huella de carbono de los Juegos Olímpicos de Verano anteriores. Las nuevas construcciones permanentes serán bajas en carbono.

Los Juegos de Los Ángeles 2028 han adoptado un enfoque de reutilización radical, lo que significa que aprovecharán lo mejor de las instalaciones deportivas icónicas de la ciudad y no requerirán la construcción de una sola nueva sede permanente.