Beitia hizo esta consideración en una nueva edición de los #DiálogosParalímpicos, organizada por Servimedia con el apoyo de Iberdrola. La deportista cántabra participó junto a la atleta paralímpica Desirée Vila.

El Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) anunció en febrero del año pasado la descalificación por dopaje de 12 atletas rusos, entre ellos Shkolina, quien había recibido la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 tras saltar 2,03 metros, tres centímetros más que Beitia.

Sin embargo, esa decisión fue recurrida y la atleta cántabra aún está esperando recibir la medalla de bronce, que se añade a la de oro olímpica conseguida en Río 2016.

“Ahora lo cuento con verdad. Lo puedo contar cómo lo sentí en ese momento porque hasta este momento he estado callada durante tiempo. Yo sabía que una de las saltadoras que me ganó, la que quedó tercera, una de las rusas, cantaba la marimorena”, comentó.

Recalcó que Shkolina tenía una marca de 1,97 o 1,98 metros. “De golpe y porrazo, esa temporada no apareció en todas las competiciones anteriores y en los Juegos Olímpicos saltó 2,03. Sabíamos que podía dar positivo en cualquier momento”, añadió.

Beitia, que es vocal de la Junta Directiva de la Real Federación Española de Atletismo (RFEA), vicepresidenta del club GO fit Athletics e imparte clases en la Universidad Europea del Atlántico, consideró “agridulce” enterarse siete años después de que ha ganado la medalla de bronce en los Juegos de Londres.

“Tienes la sensación de que has dado lo máximo de ti y te han robado lo más bonito, que es subir al podio, ver ondear tu bandera y el aplauso del público, que es el lado más romántico de todo el trabajo que hacemos día a día”, comentó. A este respecto, añadió: “Siete años después, es duro que te enteres que esa medalla es tuya, pero con ganas de tenerla”.

No obstante, Beitia indicó que prefiere ser “positiva”. En atletismo no suelen recibir la medalla otros miembros que acompañan a los deportistas (como entrenadores, médicos, preparadores físicos o fisioterapeutas), como ocurre en deportes como el baloncesto, el balonmano o el fútbol.

Cuando se celebre la ceremonia de entrega de la medalla, Beitia adelantó que subirá al podio con su entrenador, Ramón Torralbo, que le ayudó durante 17 años a cumplir sus sueños de deportista. “No sé dónde ni cuándo nos darán esa medalla, pero subiremos juntos a por ella segurísimo”, añadió.

La decisión del TAS fue recurrida por Shkolina, pero desde el Comité Olímpico Español (COE) aseguran que la medalla finalmente será para Beitia. “Falta ese pequeño trámite para que sea al 100% una realidad”, concluyó.