Para el conjunto de 2020, las aportaciones brutas a planes individuales crecieron hasta los 4.228 millones desde los 4.200 del año anterior. Por su parte, las prestaciones descendieron en 132 millones, hasta los 2.901 millones, sin tener en cuenta las derivadas de los supuestos especiales de liquidez. Ello implica que las aportaciones netas del sistema individual para 2020 se situaron en 1.327 millones, 160 millones más con respecto a 2019.

La rentabilidad media en el año fue del 0,3% para los planes de pensiones individuales. Destacan las categorías con mayor exposición a acciones como la renta variable con un 3% de rentabilidad y la renta fija a largo plazo con un 1,4%.

El volumen estimado de aportaciones en diciembre fue de 1.433 millones y el de prestaciones fue de 534, lo que arroja unas aportaciones netas de 899 millones, por debajo de los 978,1 millones netos registrados en 2019.