Las medidas, que entrarán en vigor a partir del 1 de marzo de 2010, según anunció el ministro para la Integración Laboral, Mark Arbib, incluyen incentivos a empresas que contraten a personas con discapacidad, y permitirá a perceptores de pensiones por discapacidad seguir beneficiándose de estas ayudas aunque empiecen a desarrollar una actividad laboral remunerada.

Los empresarios que contraten trabajadores con discapacidad recibirán ayudas de hasta 2.045 euros cuando el nuevo

empleado lleve 26 semanas en su puesto.

Asimismo se crearán nuevos servicios para el empleo más adaptados a las necesidades individuales de las personas con discapacidad, con el objetivo de lograr la integración laboral de 1.000 australianos con discapacidad perceptores de pensiones.