En una región donde apenas hay tres laboratorios con capacidad de hacer tests diagnósticos, ya se han registrado casi 20.000 casos confirmados, indicó el coordinador de MSF en Siria, Francisco Otero. Estos tres laboratorios son además privados, lo que implica que el número de pruebas que se están llevando a cabo es muy limitado.

“A menos que sean derivados desde alguna estructura médica, los pacientes tienen que pagar por las pruebas”, apuntó Otero, por lo que muy pocos obtienen un diagnóstico en las fases iniciales. Esto implica que la positividad de los tests sea extremadamente elevada y que los pacientes que llegan a los centros lo hagan en un estado mucho más avanzado de la enfermedad, agregó.

Uno de los lugares donde mejor se refleja el aumento de casos sospechosos y confirmados en la región es en el centro de aislamiento y tratamiento que MSF apoya en el Hospital Nacional de Idlib. Desde que el centro abrió sus puertas el pasado mes de abril, 542 personas con síntomas sospechosos de Covid-19 han sido admitidas, la mitad de las cuales fueron confirmadas como casos positivos. Para Otero, “lo verdaderamente preocupante es que más del 80% de quienes acabaron siendo ingresados en el centro llegaron en los dos últimos meses; cuatro veces más que en los seis meses anteriores juntos.

"A medida que la capacidad de los hospitales para recibir pacientes de Covid disminuye, las derivaciones de enfermos graves a instalaciones como esta son cada vez más frecuentes", explicó el doctor Ibrahim, un médico del centro cuyo nombre se ha cambiado para proteger su anonimato. “El departamento de casos sospechosos está lleno la mayoría de las veces y aunque contamos con 30 camas, difícilmente hay alguna vacía”, afirmó.