Estas son algunas de las principales conclusiones de la Encuesta sobre Hábitos de Consumo 2020 presentadas este jueves por la Mesa de Participación Asociaciones de Consumidores (MPAC), en la que han participado 3.500 familias de toda España y que también refleja que un 93% ve el desperdicio alimentario como un “problema importante”.

Más de la mitad opina que la responsabilidad es compartida por toda la sociedad y todos los agentes de la cadena y crece hasta un 31% el porcentaje que considera que la mayor parte de culpa la tiene el propio consumidor.

Por otro lado, sólo un 14% ha reducido el gasto en alimentación, dos puntos por debajo con respecto a 2019 y, junto a la calidad, los siguientes factores de preferencia son la cercanía y el precio.

El estudio ha detectado, además, un incremento de más de tres puntos en la compra online, impulsada por el periodo de confinamiento durante el cual un 8,3% indicaba su uso.

Junto a ello, se reduce en un 12% la proporción de consumidores que busca las ofertas y el 19% -un 2% más que en 2019- diversifica más su compra por motivos económicos. En sintonía con la tendencia observada desde el inicio de la pandemia, aumenta seis puntos el porcentaje de encuestados que asegura no comer o cenar fuera de casa ni una vez a la semana, porcentaje que pasa del 35% al 41%.

ETIQUETADO

Algo más de la mitad de los encuestados se sienten “desinformados” en materia de alimentación y gran consumo y la principal fuente de consulta sigue siendo la etiqueta del producto (53%) e Internet crece como segunda vía (20%). Por su parte, aumenta “considerablemente” el porcentaje de los consumidores que ‘No buscan información’ (13%).

Por otra parte, aunque se incrementan los que aseguran conocer la diferencia entre fecha de caducidad y fecha de consumo preferente (78% frente al 72% en 2019), también lo hacen los que confiesan consumir productos pasada su fecha de caducidad (60%).

Más del 90% de consultados es consciente de la importancia del binomio alimentación y salud, pero casi un 21% de la población no está segura de si sus hábitos son saludables o no. La proporción de los que lo saben, además, no deja de menguar año tras año y ha pasado del 68% de 2019 al 67% de este año.

ALIMENTOS

Aumenta la frecuencia de consumo tanto de verduras como de frutas y legumbres respecto al año pasado y se consolida la preferencia de los consumidores por los productos frescos.

No obstante, mientras la carne y pescado fresco mantienen su porcentaje respecto a años anteriores, el pescado congelado aumenta casi un punto, en la misma medida en que desciende el consumo de pescado en conserva.

Por otra parte, el 25% de los consumidores elige productos libres de alérgenos por cuestiones de salud o por considerarlos más sanos y el factor precio gana peso en la decisión de compra y aumenta en un punto (del 5% al 6%).

En este sentido, según la encuesta, si bien sólo el 12% de los encuestados adquiere estos productos porque padecen alergias, otro 13% los compra creyendo que son más sanos a pesar de no tener ningún tipo de alergia ni intolerancia alimentaria.

Por lo que respecta a la Responsabilidad Social Empresarial y Ética de las empresas, un 59% de la muestra la valora positivamente a la hora de adquirir un producto, siete puntos más que el año pasado, aunque el 19% de encuestados no lo valora.