El magistrado, a través un auto dictado hoy, procesa además en la causa por diferentes delitos –tenencia de explosivos y colaboración- al supuesto informático de ETA Iraitz Gesalaga y los etarras Ignacio Olascoaga, José Lorenzo Ayestarán y Iurgi Mendinueta, todos ellos por participar en los adiestramientos conjuntos llevados a cabo por ETA y las FARC en la selva venezolana. El escrito sirve, además, para ordenar la busca y captura internacional y la extradición de los siete procesados.

Velasco señala que Cubillas “ha mantenido al menos entre los años 2004 y 2008 contacto constante, permanente, securizado y directo con la cabeza de la organización terrorista ETA y los distintos dirigentes de los comandos activos de esta”.

El funcionario del Gobierno venezolano, jefe de seguridad del Instituto Nacional de Tierras (INTI), “ha coordinado y ejecutado tareas directivas de formación e instrucción, mejora de armamento y técnicas terroristas, además de haber aportado la correspondiente infraestructura que lejos de ser episódicos transciende la mera colaboración para conformar un delito de integración en la estructura de ETA en el continente americano desde tierra venezolana”.

LA AUTORIDAD DE CUBILLAS

La autoridad de Cubillas en Venezuela queda al descubierto en el auto de Velasco. El juez señala que Cubillas intercedió ante la policía venezolana para facilitar la salida del país sudamericano de los presuntos miembros del “comando Imanol” de ETA Carlos Besance Zugasti y Javier Atristain.

Besance y Atristain, tras recibir varios cursos de adiestramiento terrorista en Venezuela en el verano de 2008, fueron retenidos en el aeropuerto de Caracas y la policía venezolana “pretendió quedarse con parte del dinero que llevaban encima”. “Intercedió personalmente Cubillas dando órdenes que lo impidieron”, señala el escrito dictado hoy por Velasco.

INFORMÁTICO DE ETA

El magistrado afirma también en su auto que “Thierry”, el exjefe de la banda terrorista detenido en Burdeos (Francia) el 20 de mayo de 2008, ordenó a Gesalaga, el informático de ETA, viajar a Venezuela en septiembre de 2007 para instruir a Cubillas en las técnicas de encriptado para que pudiese comunicarse con mayor seguridad con la dirección etarra.

Gesalaga volvió a Venezuela junto a su pareja, Itxaso Urtiaga, en septiembre de 2008. En esta ocasión el informático se desplazó hasta la zona selvática de la provincia de Chichiriviche “para ayudar a los amigos de la selva”, en referencia a las FARC, a los que, “bajo la tutela” de Cubillas, instruyó en sistemas de radio.

PROBLEMAS EN FRANCIA

Velasco subraya que el exjefe militar de ETA Mikel Kabikoitz Carrera Sarobe, alias “Ata”, detenido en Francia en mayo de 2010, decidió enviar a etarras a entrenarse en Venezuela alegando que en el país galo “era prácticamente imposible realizar prácticas de tiro”.

Fue él quien ordenó a Atristain y Besance viajar a Venezuela y les dio un fajo de billetes con aproximadamente 2.000 euros para que pudieran costearse el desplazamiento y la estancia en el país sudamericano.

Arturo Cubillas, Iurgi Mendinueta –detenido en Francia en febrero de 2009- y José Lorenzo Ayestarán –arrestado en febrero de 2010- participaron en el adiestramiento en diferentes lugares de Venezuela de Atristain y Besance. También recibieron cursillo de montaje y desmontaje de armas cortas y largas por parte de “dos venezolanos sin identificar”.

En todos estos desplazamientos a Venezuela, Cubillas, cuya extradición ya ha sido reclamada en dos ocasiones, se encargó de la organización de los cursos, corriendo con casi todos los gastos, buscando alojamientos y ayudando a los etarras a viajar por el país.

José Lorenzo Ayestarán y José Ignacio Olascoaga –que la policía sitúa en Venezuela- están acusados por su parte de hacer de instructores en los adiestramientos conjuntos llevados a cabo por ETA y las FARC en la selva venezolana.

Ayestarán y Olascoaga se desplazaron a la selva venezolana para, bajo la protección de Cubillas, instruir a los guerrilleros de las FARC en el uso de explosivos para cometer atentados, como las técnicas para montar coches-bomba y a utilizar teléfonos móviles como iniciadores o el manejo de los explosivos R1, TNT y C4.

GUERRILLEROS ARREPENTIDOS

El magistrado hace estas afirmaciones en base a varias pruebas, entre las que destaca la declaración por videoconferencia ante la Audiencia Nacional de nueve arrepentidos de las FARC y del director de la Unidad de Delitos Informáticos de la Policía Judicial de Colombia, Freddy Bautista.

Entre los indicios también son relevantes los documentos encontrados en los ordenadores de Raúl Reyes, el número 2 de las FARC abatido por el ejército colombiano en marzo de 2008, un material que describe de forma pormenorizada los contactos y el grado de colaboración entre ETA y la guerrilla.

Con la decisión adoptada hoy se elevan a 16 de los imputados en la causa. Además de los siete imputados en el auto dictado hoy, Velasco ya procesó a los presuntos etarras José Ignacio Echarte, Ignacio Domínguez Achalandabaso y José Miguel Arrugaeta San Emeterio y a los presuntos miembros de las FARC José Ángel Urtiaga Martínez, Emiro del Carmen Ropero, Rodrigo Granda Escobar, Luciano Martín Arango, Victor Ramón Vargas y Edgar Gustavo Navarro.

Con el auto hecho público hoy, el magistrado ha retirado la imputación que pesaba en la causa contra los presuntos miembros de las FARC Remedios García Albert y Omar Arturo Zabala, alias “Lucas Gualdrón”, al concluir que “no participaron en la gestión ni en la organización de los cursillos”. Velasco ha decidido aún así remitir el caso de García Albert y Zabala al Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, donde el juez Pablo Ruz tiene abierta una causa genérica contra las FARC.

ATENTADO CONTRA URIBE

Además de por integración en organización terrorista en grado de dirigente, Cubillas se encuentra procesado en la causa por delitos de tenencia de explosivos y conspiración para cometer atentados.

Este último delito se le ha atribuido por su presunta participación en la colaboración que se prestaron ambas organizaciones para prestarse supuestamente apoyos logísticos para llevar a cabo atentados.

Dentro de estas acciones conjuntas, las FARC pidieron ayuda a ETA para poder localizar a dirigentes colombianos, entre ellos al expresidente del país, Álvaro Uribe, y a su antecesor, Andrés Pastrana, con el fin de atentar contra la vida de alguno de ellos durante su estancia en España u otro país de la UE.