Según dicho análisis publicado este jueves y realizado con datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), de la serie histórica considerada que comienza en 2010, el mayor porcentaje de conversión de temporales en indefinidos se registró en 2011, con un 41,5%. Este indicador lleva en ascenso ininterrumpido desde 2015, registrando en este año la mayor cota desde 2011.

Randstad destacó que “a pesar de la caída general de la contratación por culpa de la crisis económica, la tendencia del trabajo temporal como pasarela al indefinido continúa consolidándose”.

En volumen de contratos indefinidos procedentes de uno temporal, hasta octubre se registraron 507.382, un 28,3% menos que en el mismo periodo del año anterior, cuando se contabilizaron 707.172 conversiones. No obstante, el volumen registrado este año es similar al de 2016.

El director de Randstad Research, Valentín Bote, destacó que tanto el número total de contratos indefinidos como aquellos que proceden de una conversión vienen creciendo de forman ininterrumpida desde 2014, tendencia que “se ha visto interrumpida por la irrupción de la pandemia”. “Lo que no ha descendido, sino que mantiene su senda de crecimiento es la tasa de conversión, por lo que esperamos que, en cuanto se recupere el empleo, continúe aumentando el volumen de conversiones”, según Bote.

El pasado mes de octubre se registraron 56.690 contratos indefinidos procedentes de uno temporal, cifra inferior a la de septiembre.

Más de la mitad (54,4%) de los contratos indefinidos que se firmaron entre enero y octubre en el sector industrial procedía de un contrato temporal, siendo el sector con más peso de los cuatro analizados.

Por volumen, servicios fue el que se anotó una mayor cifra de conversiones en dicho periodo (374.035).

Por comunidades autónomas, Cantabria (48,3%), Galicia, Extremadura (ambas con el 47,2%) y Aragón (47,1%) fueron las que registraron mayor tasa de conversión, todas ellas con porcentajes por encima del 47%.