En concreto han fallecido 29.453 dependientes con derecho ya reconocido pero sin percibir la ayuda y 17.748 aún pendientes de valorar, según los datos de los que se ha hecho eco la Asociación de Directores y Gerentes de Servicios Sociales. “Después de casi un año de Gobierno, la Vicepresidencia Social no ha incrementado ni en un solo euro”, alertó.

Este año, como consecuencia de la pandemia del coronavirus, se ha observado un exceso de mortalidad de 40.065 personas en el Sistema de Atención a la Dependencia, un incremento del 36% respecto a la esperada. A juicio de la entidad, “se está abandonando sin atenciones a las 376.707 personas dependientes que están a la espera de un procedimiento”.

El 82% de los fallecidos tenía más de 80 años, mientras que el 42% de las muertes se han producido en personas con grado III, el más alto. Además, hay un impacto muy elevado en el exceso de mortalidad de personas dependientes atendidas en residencias con un total de 46.756 fallecidos, 20.922 personas de las esperadas.

Las mayores tasas de mortalidad se han registrado en Madrid, Castilla-La Mancha y Cataluña, mientras que las menores se dieron, para la alta transmisión que registraron, en Aragón, La Rioja, País Vasco y Castilla y León.

La tasa de fallecimientos observados en personas atendidas en España se sitúa en 94 por cada 1.000 entre marzo y septiembre, si bien en Castilla-La Mancha, Navarra, Madrid, Cataluña y Aragón se superaron los 111 fallecidos por cada mil atendidos.

BAJAN LAS LISTAS POR LAS MUERTES

“El impacto de la Covid -19 en el Sistema de atención a la Dependencia ha sido catastrófico, retrocediendo en los indicadores importantes y generando mucho dolor, sufrimiento y muerte a miles de personas en situación de dependencia y sus familias”, alertó la asociación de directivos de servicios sociales.

El gran número de muertes entre personas dependientes ha provocado que este año haya 34.607 personas menos con derecho a prestación pendiente de recibirla, 38.925 personas beneficiarias menos con derecho y 52.750 solicitudes menos. “Las listas de espera bajan no por ser atendidas, sino porque engrosan las listas de los cementerios”, concluyó la asociación.