Dicha tasa supone 5 puntos porcentuales más que la soportada en el año 2018, superando también la contabilizada en el bienio 2017 y 2016, conforme a un estudio elaborado por KPMG para CECA divulgado este jueves.

La tasa subirá además al 50% al incluir en el cómputo las aportaciones por valor de 632 millones de euros realizadas por las entidades de CECA al Fondo de Garantía de Depósitos de Entidades de Crédito (FGD), y los 16 millones para el Mecanismo Único de Supervisión (MUS).

Pero, incluso, sin estas dos contribuciones los 5.004 millones soportados y la tasa del 43% es “la mayor cifra registrada a lo largo de los cuatro años consecutivos en los que se viene realizando este informe”, ha detallado la patronal.

Por tipo de fiscalidad, solo los impuestos soportados, es decir, aquellos que suponen un coste para las entidades y que afectan directamente a su cuenta de resultados, ascendieron a 2.610 millones de euros, un 4% más que el año previo.

Por su parte, los impuestos recaudados o esos que son retenidos o repercutidos a terceros en el desarrollo de la actividad de las empresas, ascendieron a 2.393 millones de euros, superando por segundo año sucesivo a los tributos soportados contra resultados.

Dentro de estos últimos, la mayor partida en los impuestos soportados corresponde a la Seguridad Social a cargo de la empresa, con 991 millones de euros, que fue un 2% más que en 2018. Por otra parte, los pagos netos al impuesto sobre beneficios ascendieron a 283 millones.

Sin embargo, el mayor coste tiene que ver con impuestos específicos cargados sobre el sector financiero: el de Actos Jurídicos Documentados, el IVA soportado y el impuesto de depósitos de las entidades de crédito, que en su conjunto absorbieron más de 1.000 millones de euros.

En particular, el Impuesto sobre Actos Jurídicos Documentados (IAJD) de las hipotecas ascendió a 302 millones por el cambio legislativo que se produjo a finales del 2018 relacionado con el reparto de los gastos en la constitución de los préstamos. Dicho aumento se tradujo en una mayor tributación autonómica y municipal, que aumentó un 103% interanual y alcanzó los 534 millones de euros. Por su parte, el IVA soportado no recuperable y el IDEC (Impuesto sobre los Depósitos de las Entidades de Crédito) ascendieron a 630 y 154 millones de euros.

En relación con los tributos recaudados, la mayor cuantía vuelve a estar un año más relacionada con el empleo, ya que las retenciones a empleados a cuenta del IRPF suponen el 48% de los mismos: ascendieron a 1.188 millones frente a los 1.165 millones del año anterior y los 1.178 millones del año 2017.

Por su parte, las retenciones sobre rentas de instrumentos financieros, de seguros y de pensiones ascendieron a 688 millones, los tributos sobre ventas y servicios recaudados otros 277 millones y los importes recaudados por la Seguridad Social a cargo de los empleados aumentaron un 2%, hasta los 193 millones de euros.