Ciencia

La música surgió con canciones de guerra y de cuna, no de amor

MADRID
SERVIMEDIA

Los orígenes de la música se sitúan en canciones de guerra de algunos grupos para impresionar a aliados y enemigos, y canciones de cuna para que los padres faciliten el sueño a los bebés, no en el amor.

Así se explica en un estudio realizado por un equipo de antropólogos y psicólogos de las universidades de Harvard, California y Estatal de Washington (Estados Unidos), y publicado en la revista 'Behavioral and Brain Sciences'.

Los investigadores aportan una nueva teoría evolutiva del origen de la música en la que descartan que el amor sea la razón principal por la que surgieron las canciones y muestran su desacuerdo sobre que las melodías musicales aparecieron por la necesidad de un vínculo social o que es simplemente un subproducto evolutivo sin un propósito real ('pastel de queso auditivo', como lo denominó el psicólogo cognitivo Steven Pinker).

La teoría de la selección sexual es quizá la más arraigada, ya que se remonta al naturalista Charles Darwin, quien sugirió por primera vez que, al igual que el canto de los pájaros, la música fue desarrollada por los humanos para atraer parejas.

"El sexo y el apareamiento son parte de la historia, pero la música parece expandirse mucho más allá de ese dominio en particular", apunta Ed Hagen, antropólogo evolutivo de la Universidad Estatal de Washington y coautor del estudio, quien añade: "La hipótesis de la selección sexual no explica realmente una característica fundamental de la música: que a menudo se realiza en grupo. También es escuchada e interpretada por ambos sexos".

Hagen y sus colegas señalan que si la teoría de la selección sexual fuera verdadera, los hombres habrían desarrollado habilidades musicales superiores y las mujeres, capacidades auditivas altamente selectivas; sin embargo, a partir de observaciones simples y experimentos científicos, ambos sexos muestran niveles similares de aptitud en cada área.

Los investigadores también argumentan en contra de la teoría de los vínculos sociales al indicar que hay muchas formas más eficientes para que los grupos se unan porque el proceso de hacer música que requiere mucho tiempo, incluido hablar y compartir una comida. La teoría tampoco tiene en cuenta el hecho de que la música a menudo se interpreta para otros que no participan en su creación.

AUDIENCIA, LA CLAVE

La audiencia es la clave, dicen los autores, para comprender la utilidad de la música. Los animales a menudo usan vocalizaciones para señalar su territorio, advertir a otros sobre intrusos y asustar a otros, y hay evidencia de que ésta es una función central de la música humana también. "Si estudiamos música en las sociedades tradicionales, vemos que se utiliza de manera constante para formar alianzas políticas", recalca Hagen.

Las elaboradas actuaciones musicales, desde bailes de guerra hasta bandas militares e incluso bandas de música universitarias, a menudo se utilizan para mostrar la fuerza de una coalición e impresionar a los forasteros.

Hagen subraya que muchas visitas de Estado incluyen una actuación de una orquesta nacional o banda militar. Los estudios también muestran que las personas pueden detectar lo bien sincronizados que están los músicos y conectar esa mayor sincronía con la fuerza de una coalición.

Los seres humanos también tienen otra audiencia especial que se beneficia de la 'señal creíble' que proporciona la música: los bebés. "Necesitamos invertir mucho en los bebés, ya que los bebés humanos nacen indefensos y necesitan todo tipo de ayuda de los adultos que los rodean", destaca el psicólogo Samuel Mehr, director del Laboratorio de Música de la Universidad de Harvard, que agrega: "El padre o cuidador necesita una forma fiable de indicarle al bebé que lo está atendiendo. Pero la atención es una propiedad encubierta de la mente. Es difícil determinar si alguien realmente le está prestando atención".

La canción de cuna le da al bebé una señal de que el adulto está prestando atención a sus necesidades, según Mehr. Al cantar, los adultos no pueden estar hablando con otras personas. La música también alerta al bebé sobre la ubicación física del adulto. "Ésa es una información que realmente no se puede falsificar", apostilla.

Estos dos propósitos centrados en la audiencia (la creación de coaliciones y la señalización entre padres e hijos) proporcionan razones evolutivas convincentes para el desarrollo humano de la música, según los investigadores, e incluso anulan la hipótesis de que la música es un 'pastel de queso auditivo' y no tiene ningún propósito convincente.

(SERVIMEDIA)
26 Oct 2020
MGR/mjg