Esas fueron las primeras palabras de Sánchez nada más subir la tribuna del Congreso para defender su gestión ante la moción que le ha presentado Abascal. “Por mucho que provoque”, dijo Sánchez ahondando en las “horas largas” de los discursos precedentes de los dos representantes de Vox, “no vamos a entrar en ninguna de sus provocaciones a lo largo de la moción de censura”.

En sus primeras palabras, Sánchez reprochó a Abascal que “lo único escuchado” del candidato “no va más allá del insulto y la provocación” porque no ha ofrecido “ninguna propuesta, sólo cómo tienen que ir (vestir) sus señorías a esta Cámara. Luego dirá que Vox no es fascismo, es estilismo”, abundó.

Pese a esta primera reflexión, Sánchez se adentró en la cuestión y defendió la moción como un “proceso constitucional, legítimo” y al que se enfrenta “con el profundo respeto a la Cámara y a la gran democracia española”.

El presidente denunció que Abascal no ha presentado sus líneas de gobierno “alternativo” por el que ha presentado la moción, y le preguntó el fin último de la misma. Así, dijo Sánchez que “hay quien dice que se dirige en realidad contra” el Partido Popular y su líder, Pablo Casado, en una “suerte de OPA hostil para ocupar su espacio y atraer sus votos” o, también, como “para convertir el Parlamento en un gran plató” en el que los diputados sean los “figurantes” y Abascal destaque “de protagonista heroico.