Según informó este martes la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid, los hechos ocurrieron el 26 de agosto de 2010 en una finca del término municipal de Colmenar de Oreja, cuando el propietario de la parcela recibió varios impactos de perdigones que habían sido disparados por un cazador desde el exterior de la propiedad.

Al percatarse de las heridas que sufría, la víctima salió al encuentro del cazador, pidiéndole ayuda para ser trasladado a un centro médico. En un principio, el cazador le tranquilizó, pero después intentó convencerle de la conveniencia de no avisar a ningún servicio de emergencia y de que él se encargaría de sanarle las heridas.

Ante la insistencia de la víctima, el ahora detenido huyó rápidamente de la zona, abandonando al herido a su suerte. Gracias al teléfono móvil que portaba, el herido pudo alertar a los servicios sanitarios, que le trasladaron a un hospital para poder extraerle quirúrgicamente los perdigones que tenía alojados en su cuerpo.

Tras seis meses de investigaciones, la Guardia Civil de Pinto pudo acotar el número de sospechosos, de forma que la víctima ha podido reconocer fotográficamente, sin ningún género de dudas, al causante de sus heridas.

Al detenido le ha sido incautada el arma con la que cometió el delito de lesiones, siéndole también imputado un delito de omisión del deber de socorro.