El Gobierno de Maduro anunció ayer que no aceptará el planteamiento propuesto por la UE de retrasar unos meses las elecciones a cambio de participar como observadores en estos comicios.

Bruselas considera imposible organizar una misión de observación electoral para cualquier país –que contaría con alrededor de 200 personas- en menos de seis meses.

Fuentes diplomáticas mostraron su apoyo a la labor del Alto Representante de Política Exterior y Seguridad Común, Josep Borrell, cuya misión diplomática enviada a Caracas el pasado 24 de septiembre (compuesta por el secretario general adjunto del Servicio Europeo de Acción Exterior, Enrique Mora, y el director general para las América en funciones, Javier Niño) ha informado que la UE no reconocerá el resultado de las elecciones “en las actuales condiciones”.

Estas mismas fuentes manifestaron su “preocupación” por la decisión de Nicolás Maduro de mantener la fecha de las elecciones y destacaron la necesidad de que se establezca una “negociación creíble” entre todos los actores para “dar una solución a las demandas” de los venezolanos.