La organización presidida por Pardos también consideró que la "muy probable fusión" culmina "simbólicamente" el histórico proceso de privatización y concentración de las cajas de ahorros españolas, aunque matizó que su postura va "más allá del debate político sobre privatización y banca pública".

Adicae señaló que está estudiando la situación y subrayó tres cuestiones que considera "imprescindibles" para el futuro de la operación, como que se reparen los "múltiples abusos y fraudes a los consumidores por parte de la banca española" ligados a temas "que continúan sin solución" como, según apuntó la entidad, preferentes, cláusulas suelo, créditos revolving e IRPH.

En segundo lugar, Adicae advirtió de que "dedicarán todos sus esfuerzos" a vigilar "estrechamente" que no se vean modificados los servicios contratados actualmente por, según sus cifras, los 13,7 millones de clientes de Caixabank y los más de 8 millones de Bankia.

Asimismo, la entidad aseguró que comenzó a "organizar" a los consumidores y usuarios de ambas entidades, así como a los 173.000 pequeños accionistas de Bankia y a los más de 570.000 de Caixabank para hacer que sus posiciones se tengan en cuenta en las Juntas Generales "sin las manipulaciones habituales en la banca española".