Martínez Millán señaló que hoy en día la gente ya "no sacrifica sus proyectos de fin de semana por unas elecciones. Votan antes de irse, vuelven antes para votar a última hora, o lo hacen por correo, pero no alteran su plan de vida".

Indicó que, hace años, las elecciones provocaben un "frenazo" en los viajes. "Condicioaban miles de fines de semana porque la gente tenía que estar en su colegio electoral. Quedaba un tic en el que se asociaba día de elecciones con día de posibles conflictos e inestabilidad, por lo que había gente que prefería no salir", explicó.

"Ese tic se está perdiendo, y estamos entrando en una rutina en la que votar no tiene un carácter extraordinario, va perdiendo esa connotación, y se ha encajado con normalidad en la estructura de nuestra vida, por lo que cada vez tiene menos inicidencia. Lo toamos como algo natural", agregó.