La fobia social consiste en un miedo irracional a ser humillado o sentirse azorado en situaciones sociales. Sólo la perspectiva de afrontar situaciones tan simples como recibir visitas, usar el teléfono, comer en público o el sentimiento de atraer "todas las miradas" puede provocar síntomas como temblor, sudoración, aceleració de la frecuencia cardíaca e incapacidad para alimentarse.

La mayoría de las personas sufren en silencio y no son conscientes de que este trastorno suele responder al tratamiento con medicamentos y terapias conductistas.

Según los expertos, muchas personas que sufren fobia social tratan de evitar los efectos de este estado aislándose de la vida social. Otros intentan superar los síntomas recurriendo al alcohol o a las drogas.

Los sujetos con fobia social presentan un riesgo 4 veces mayor de ufrir depresión, casi tres veces superior a la media de consumir en exceso drogas y medicamentos, más de dos veces de tomar demasiado alcohol y casi dos veces mayor de cometer suicidio.