Así se pronunció Robles, en una entrevista en la Ser recogida por Servimedia, acerca de las críticas que el PP está vertiendo sobre el Gobierno ante el desamparo que dicen sentir por parte de éste en relación con la gestión de la crisis sanitaria.

La titular de Defensa comentó su desgana para entrar a polemizar en un “tema tan relevante para los ciudadanos”. Esta prevención no le impidió aseverar que “en política no vale todo” y reclamó “coherencia” a los dirigentes del PP, ya que cuando estuvo en vigor el estado de alarma se acusaba al Gobierno de “sustraer” las competencias autonómicas y ahora se le reprocha que “no haga lo que tiene que hacer”.

Robles manifestó que “me ha sorprendido que se quiera hacer política para desgastar al Gobierno con la pandemia” y puso como ejemplo de ello las “sesiones duras” en el Congreso de los Diputados, trufadas de “acusaciones injustificables” al Ejecutivo, en las que, a su juicio, se demostró que el PP "anteponía los intereses partidistas a los intereses de estado”.

“Cualquier cosa valía para hacer oposición al Gobierno. El PP no ha estado a la altura de las circunstancias”, adujo.

La ministra de Defensa también se refirió a la petición formulada por el PP al Gobierno, verbalizada en la figura de su secretario de Justicia e Interior y consejero madrileño de Justicia, Enrique López, para que la restricción de derechos de derechos no precise de una autorización judicial.

Ante este particular, Robles mostró su sorpresa por los “vaivenes” del PP en materia judicial y recordó que la formación liderada por Pablo Casado rechazó las sucesivas prórrogas del estado de alarma aduciendo que existían leyes suficientes en materia sanitaria para contener la pandemia, “y ahora, que ha habido una resolución de los jueces que no les gusta, pide al Gobierno que cambie la ley”, en relación a la decisión de un juez de Madrid de tumbar las medidas aprobadas por la Comunidad para afrontar la pandemia.

A su vez, recordó que “los controles judiciales son siempre una garantía” y manifestó que “no hay nada peor que legislar en caliente”, ya que “las leyes tienen que ser fruto de la serenidad y del rigor”.

Por último, observó que “a mí las leyes actuales me parecen suficientes”, lo que no obsta para que, “en función de las circunstancias, se puedan modificar”, excluyendo de esa ecuación los arrebatos motivados por el disgusto causado por una resolución judicial.