En sendas entrevistas en Onda Cero y en Antena 3 recogidas por Servimedia, subrayó la “ilusión y el agradecimiento” con los que afronta su nuevo cometido en el PP, pero también la “responsabilidad” que implica en momentos “tan difíciles” como los que va a atravesar España en los próximos meses y años.

Reconoció que necesitará optimizar su tiempo para ser portavoz del PP y alcalde de Madrid, pero cree que en la etapa que se avecina todos tendrán que trabajar “mucho más duro para sacar a España adelante”.

En su opinión, es “absolutamente posible” mantener un “discurso propio dentro de un partido como el PP”, y aseguró que él se siente “muy libre” de expresarse, pero a la vez sabe que forma parte de un equipo. Se pueden tener diferencias y discrepancias, dijo, pero mantener “las relaciones personales”, también con dirigentes de otros partidos.

En todo caso, cree que el nivel de exigencia de la sociedad a sus políticos se está elevando debido a la crisis sanitaria y económica, y hay cosas que los ciudadanos ya no permiten, por lo que se mostró partidario de aparcar “debates de fuegos artificiales” con los que solo se busca “estigmatizar” al adversario pero que no contribuyen a solucionar problemas. “En la diferencia está la riqueza, en la diferencia podemos convivir, y la sociedad nos lo va a exigir”, aseguró.

Rechazó, sin embargo, que su nombramiento suponga un giro en las posiciones del PP, que está “donde tiene que estar”, buscando mayorías que siempre tienen que ser “transversales”.

Lo que no puede pretender el Gobierno, dijo, es una lealtad entendida como “adhesión inquebrantable”, porque el papel de la oposición es controlar al Gobierno y criticar lo que considere, eso sí, “con mesura”, sabiendo que “no vamos a tener más razón porque gritemos más y más fuerte”.

Sobre la posible marcha de Cayetana Álvarez de Toledo del Congreso de los Diputados, aseguró que le corresponde solo a ella tomar la decisión que considere más adecuada, ya que el acta es personal. No le consta, precisó, que haya presiones del partido para que renuncie a ella.

Almeida descartó que la pretensión de Pablo Casado al nombrarle portavoz sea evitar su posible contrapeso dentro del partido, ya que no fue una imposición, sino que le dio opción de aceptar o no esa responsabilidad. Su única pretensión, afirmó, es “rearmar el partido” para su labor de oposición. Sobre sus aspiraciones en política, respondió con ironía que su techo está “muy cerca del suelo, y en todo caso en Cibeles”.