El Fondo Español de Garantía Agraria (Fega) publicó este miércoles un informe sobre el 'Pago verde' relativo a la campaña de 2019 y, según el análisis del documento por parte de Agricultura, la aplicación de esta medida en 2015 propició "una mayor diversificación de los cultivos", algo que redunda en "importantes avances" en biodiversidad y mejora del suelo.

En la reforma de la Política Agrícola Común (PAC) de 2015 se estableció el objetivo de mejorar el comportamiento medioambiental de la agricultura comunitaria a través de la obligatoriedad de determinadas prácticas agrícolas beneficiosas para el clima y el medio ambiente.

Más allá de las obligaciones que agricultores y ganaderos deben cumplir para poder cobrar las ayudas de la PAC, se incluyó el 'Pago verde', necesario para los abonos directos de las subvenciones a partir de 2015.

Tiene carácter anual y se concede por cada hectárea admisible vinculada a un derecho de pago básico, siempre que se respeten las siguientes prácticas medioambientales en función de la estructura de la explotación: diversificación de cultivos, contar con un 5% de superficie de interés ecológico (SIE) y el mantenimiento de los pastos permanentes existentes.

Según el informe de Fega, las explotaciones que en 2014 tenían uno, dos o tres tipos de cultivo representaban el 63% del total, cifra que se redujo progresivamente hasta el 38% en 2019, mientras que el volumen de las que tenían cuatro o más tipos pasó del 37% al 62% en el mismo periodo.

En términos absolutos la SIE en España se mantuvo "con pequeñas variaciones" en las últimas cinco campañas. En relación con ello, destaca la utilización del barbecho y de los cultivos fijadores de nitrógeno para cumplir con el porcentaje de SIE exigido en las explotaciones con más de 15 hectáreas de tierra arable.

En cuanto al respeto del mantenimiento de pastos permanentes, Agricultura subrayó que el ratio anual de los pastos permanentes declarados con respecto de la superficie agrícola declarada sigue sin disminuir más de un 5% a nivel nacional, que es lo que establece la legislación comunitaria, y se observa "una ligera tendencia al alza".

"Los pastos permanentes son de gran importancia como sumideros de carbono, con el consiguiente beneficio en la lucha contra el cambio climático. En ese sentido, destacan las 6.825.416 hectáreas de pastos permanentes ubicados en zona de la Red Natura 2000, de las que 2.609.530 hectáreas están catalogados como pastos medioambientalmente sensibles", aseguró la cartera dirigida por Luis Planas.

Agricultura apuntó también que la vigilancia y control eficaz de las exigencias de no conversión de estos pastos medioambientalmente sensibles a otros usos ni su labranza resulta "esencial para el mantenimiento de estas superficies". Esta labor es otra de las prácticas que se deben respetar para que los titulares puedan beneficiarse del 'Pago verde'.