Al estrenar el tercer grado los líderes independentistas que fueron condenados por su participación en el proceso independentista, el líder de la oposición trasladó a los suyos en el XV Congreso del PP de Alicante que “tenemos que apostar por una política territorial vertebradora”-

Denunció los “mítines en la calle” de los presos del ‘procés’ a los que se les ha concedido el tercer grado penitenciario a pesar de haber dado “un golpe a la legalidad”. “Ya no es que el Gobierno no esté controlando los beneficios penitenciarios que está dando la Generalitat en algunas de sus cárceles, sino que el problema que tenemos es que están haciendo impunes las amenazas para reincidir en esos graves delitos”.

“Cuando una persona que ha dado un golpe a la legalidad y ha declarado la independencia y sale y dice que ‘lo volveremos hacer’, cuando reta a las autoridades diciendo que ‘nada nos va a parar’, yo lo que pregunto es dónde está el Gobierno de España, dónde el presidente del Gobierno y dónde está el PSOE”, remarcó Casado.

Dicho esto, advirtió a Pedro Sánchez de que “la principal obligación del presidente del Gobierno de España es que España siga existiendo” porque “lo que se jura cuando se asume el cargo es defender la Constitución y defender la nación española”. “Y eso no lo está haciendo”, le recriminó.

“AMENAZAS A LA LEGALIDAD”

Así las cosas, aseguró que le “preocupa mucho” lo que está pasando y sobre todo que el Gobierno no haga “nada” a este respecto. “Nos da la sensación de que igual que con EH Bildu pactó la reforma laboral y luego evidentemente un mes después salió disparado en las encuestas”, ahora “el Gobierno de España en vez de cumplir sus obligaciones constitucionales y no permitir estas amenazas a la legalidad” lo que está haciendo es posibilitar que ERC “gane espacio con estas arengas de sus líderes que estaban en la cárcel para poder construir una mayoría alternativa de izquierdas” ante los próximos comicios catalanes.

A este respecto, indicó que no se puede tolerar que haya partidos o gobiernos que prioricen su “interés particular, electoral o personal” al interés general de España. “Lo mínimo que se puede pedir a un Gobierno es que defienda la nación que representa”, apostilló con vehemencia.

Ligado a lo anterior, el presidente de los populares también estimó que “lo mínimo” por parte de un presidente del Gobierno es salir en defensa del jefe del Estado, Felipe VI, frente a “los ataques intolerables” que recibe por parte de su vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, la vicepresidenta del Congreso Gloria Elizo y de “todos sus socios” de gobierno.

ELECCIONES GALLEGAS

Además, Casado se refirió a la “victoria rotunda” que cosechó Alberto Núñez Feijóo el pasado domingo en las elecciones gallegas, logrando su cuarta mayoría absoluta consecutiva e igualando a Manuel Fraga. A su juicio, en esta comunidad y en el País vasco se vio cómo los ciudadanos pusieron “el pulgar para abajo” a la coalición de Gobierno del PSOE y Podemos.

Se refirió al “varapalo” que se llevó Unidas Podemos en las urnas y a que el PSOE “no capitalizó” esta caída porque no le “rinde” tampoco estar en el Gobierno de España. En este contexto, llamó a empezar a plantear propuestas de “alternativa” a este Ejecutivo con un plan nacional de reformas.

Aunque “no sabemos cuándo serán las elecciones”, Casado se refirió a la importancia de “estar preparados”, ya que una vez se celebren comicios generales se “teme” que “nos va a tocar recibir un país en recesión, un país para reconstruir”. “Y lo haremos, como siempre”, prometió el líder de la oposición.

Durante su discurso, Casado también hizo especial hincapié en que el PP es un partido “centrado en lo que nos une” que ha de tener “una puerta grande para que todo el que pase por ahí pueda entrar”, incluso aquellos que votaron al PSOE en el pasado, los que se desilusionaron con los populares en el pasado o los que votaron a otras fuerzas que “no eran útiles” porque contribuyeron a la fragmentación del voto.

Así las cosas, se marcó el reto de cultivar un PP de “base amplia, puerta ancha y vestíbulo ancho” para aglutinar cada vez a más españoles. Igualmente, finiquitó rechazando “lecciones de centralidad, de sensatez, de credibilidad o de confianza” y aplaudió el ejercicio de una oposición “firme” de un “partido de Estado” como el suyo.