Garzón se estrenó en la campaña vasca en un mitin en Bilbao remontándose a la gestión de la crisis económica de 2008, con recortes, reformas de pensiones y rescate bancario, que terminó deparando huelgas generales y el 15-M, movimiento “cuyas expresiones políticas están hoy aquí”, en Podemos e IU, que ahora están en el Gobierno y han puesto en marcha una gestión “radicalmente distinta”, con “un escudo social” y político para que esta crisis no recaiga sobre las familias trabajadoras.

De ello coligió que “teníamos razón” y “lo hemos demostrado en la práctica” superando una serie de “adversidades” que no detalló, y pasó a acusar al PNV porque en el País Vasco fue el “ejecutor” de los recortes de la crisis anterior. También señaló claramente como “problema” la reforma laboral de 2012 y que “la derogación” de la misma es “un compromiso ineludible” y “no es una errónea obstinación”. Además, indicó que las medidas “hay que financiarlas” con una reforma fiscal progresiva y “pedirle un esfuerzo patriótico a las grandes fortunas”.

Así, concluyó que “hay una gran diferencia” entre que pilote los gobiernos la derecha o la izquierda y apostó por el Ejecutivo tripartito de izquierdas que lleva propugnando Unidas Podemos frente al rechazo del PSE, partidario de seguir pactando con el PNV.

Justo antes que él, la coordinadora de Ezker Anitza (marca vasca de IU), Isabel Salud, se remontó aún más, a 1935, al congreso fundacional del Partido Comunista de Euskadi, que defendió por primera vez el derecho de autodeterminación para el País Vasco, y presentó como “dos caras de una misma moneda” la liberación de las mayorías sociales y la de los pueblos. Por el contrario, denunció, el PNV pone el autogobierno al servicio de las élites económicas.

Ahora, matizó, IU defiende una propuesta federal, que contempla la necesidad de encajar todas las realidades nacionales del Estado, con relación de coordinación y cosoberanía y no de subordinación entre las administraciones y la de acabar con el desmantelamiento del sistema de derechos sociales y democráticos. Así, propugnó un derecho de decidir para los territorios y también para los trabajadores dentro de las empresas y a nivel institucional, para que los ciudadanos puedan decidir, incluso, sobre el modelo de Estado, monárquico o republicano.

Por su parte, el diputado estatal por Vizcaya Roberto Uriarte, ex secretario general de Podemos Euskadi, recordó la campaña electoral de las generales en la que se les decía que cómo eran tan ingenuos de pensar que se permitiría en un estado europeo un cogobierno de su partido; contrapuso las tres candidatas de izquierda (PSE, EH Bildu y Unidas Podemos) frente a los dos aspirantes de derechas (PNV y PP-Ciudadanos) y subrayó que, según las encuestas, si votaran sólo los menores de 35 años EH Bildu y Unidas Podemos sumarían más de un 50%.

Además, comparó la duración de los gobiernos longevos sin alternancia de Italia y México con el del PNV, alertando del peligro de que creen redes clientelares, y terminó asegurando que la sociedad vasca no se normalizará mientras “sigan los vetos cruzados entre el PSE y EH Bildu” sacando respectivamente “la triste historia” de ETA y los GAL.

La nueva coordinadora general (cargo llamado secretario general antes de la Asamblea Ciudadana de junio) de Podemos Euskadi, Pilar Garrido, ya inició el acto asegurando que se está a punto de conformar el primer Gobierno vasco de coalición “100% de izquierdas” y lo vinculó al estatal “ a favor de las mayorías sociales” que en la pandemia ha construido “un gran escudo social que va a proteger a muchos vascos y muchas vascas”.

Arengó a su auditorio a que no permita que se les diga que “no se puede”, y pidiendo al PSE y a En Bildu que sean valientes porque la otra alternativa es un Ejecutivo “capitaneado por el comandante Ortuzar”, presidente del PNV.

Garrido sacó el tema del vertedero de Zaldívar, cuyo accidente, que dejó a dos trabajadores sepultados, presentó como “producto de poner por delante los intereses económicos a la vida”, y prometió acabar con “los suelos pegajosos”, apoyar la educación pública y teñir el País vasco “de rojo, de verde y de morado”.